jueves, 16 de octubre de 2008

Alíev gobernará otro lustro en Azerbaiyán con mayores reservas de crudo

Bakú.- El presidente de Azerbaiyán, Ilham Alíev, gobernará otros cinco años este país rico en petróleo tras renovar el miércoles su mandato en unas elecciones boicoteadas por la oposición, pero validadas hoy por observadores internacionales.

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(EFE)
El reelegido presidente de Azerbaiyán, Ilham Alíev.
Alíev, de 47 años, obtuvo el 88,64 por ciento de los votos, según datos oficiales correspondientes al 96,8 por ciento de los sufragios escrutados, informó a la prensa el presidente de la Comisión Electoral Central, Mazair Panájov.
El jefe de Estado, quien ha conseguido mantener relaciones cordiales tanto con Washington como con Moscú, además de Teherán, mejoró así en 12 puntos su resultado de hace un lustro, cuando le votó el 76,84 por ciento de los participantes en las elecciones.
Los seis rivales oficialistas del presidente obtuvieron entre el 0,65 y el 2,78 por ciento de los votos, dijo Panájov, quien indicó que los resultados definitivos se anunciarán dentro de dos semanas.
Los candidatos rivales fueron los primeros en felicitar a Alíev nada más conocerse anoche los sondeos a pie de urna, antes de que se anunciaran los primeros resultados oficiales, y hoy se sumaron a ellos los presidentes de Georgia, Turquía, Rusia y Ucrania.
"Ilham Alíev ha sido elegido presidente. Azerbaiyán está en buenas manos", declaró anoche el candidato Jafiz Gadzhíev, líder del partido Moderno Musavat.
La participación fue del 75,65 por ciento del censo, frente al 71,2 por ciento registrado en 2003.
4.731.879 de ciudadanos con derecho a voto estaban convocados a depositar su voto durante las elecciones en este país musulmán de ocho millones y medio de habitantes, que controla grandes reservas de hidrocarburos en el mar Caspio.
"La Comisión Electoral Central no ha recibido ninguna reclamación oficial y no se han registrado irregularidades graves", subrayó Panájov.
Al no esperar sorpresas en las urnas, las autoridades invitaron a más de 1.200 observadores internacionales, que afirmaron hoy que las elecciones han cumplido los estándares democráticos.
"Según opinión de todos los observadores, en los colegios que visitamos la votación se celebró con normalidad, sin ningún problema serio, y la jornada transcurrió en un ambiente tranquilo", constató la misión de los 41 observadores europeos, de once países.
Gwen Belcort, jefa del grupo de 40 observadores norteamericanos, consideró los comicios azerbaiyanos "limpios y libres", y afirmó que las autoridades hicieron todo los posible para garantizar la expresión de la voluntad popular.
También validaron las elecciones los observadores de la comunidad pos-soviética y de la alianza regional GUAM (Georgia, Ucrania, Azerbaiyán y Moldavia), mientras el enviado de la Unión Europea para el Cáucaso Sur, Peter Semneby, alabó la organización de la votación en la autonomía de Najicheván, que había visitado.
La OSCE se pronunciará más tarde, aunque en vísperas de los comicios su Oficina de Instituciones Democráticas y Derechos Humanos (ODIHR) constató que los medios de comunicación dedicaron casi la totalidad de sus espacios a la actividad del presidente.
La oposición, que en las parlamentarias de 2005 se manifestó contra el fraude, esta vez boicoteó los comicios, no presentó candidatos y renunció a las protestas, aunque se negó a reconocer los resultados por no considerar democráticas las elecciones.
La ceremonia de investidura de Alíev, según fuentes oficiosas, podría tener lugar el próximo 31 de octubre, el mismo día que hace cinco años, pues también las elecciones de 2003 se celebraron el 15 de octubre.
Alíev, que "heredó" el poder de manos de su padre, Heidar, ex general del KGB que gobernó casi ininterrumpidamente este país desde 1969 hasta su muerte en 2003, jurará el cargo con las manos puestas en la Constitución y el Corán, el libro sagrado de los musulmanes.
Pese a que ha amordazado a la prensa independiente, prohibido las manifestaciones políticas y reprimido duramente a la oposición en el país, considerado uno de los más corruptos del mundo, Alíev es uno de los dirigentes más populares de la comunidad pos-soviética.
La razón es que su llegada al poder coincidió con el inicio de la explotación de importantes yacimientos de crudo, lo que conllevó un espectacular crecimiento de la economía, del 34 por ciento en 2006 y de un 26 por ciento el pasado año, un drástico aumento de los ingresos y la consiguiente modernización del país.
El número de personas que viven por debajo del nivel de pobreza se redujo en los últimos cinco años del 50 al 16 por ciento, logro que la ha valido los halagos de la comunidad internacional.
Además, ha eludido las críticas por la involución democrática de los países occidentales, que ven en este dirigente al guardián de las ingentes reservas energéticas del Caspio, la alternativa ideal al inestable Oriente Medio.
Farid Gajramánov

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