viernes, 8 de agosto de 2008

Aviones georgianos bombardean la capital de la separatista Osetia del Sur

Al menos 15 muertos tras la ofensiva de las tropas de Tbilisi en Tsjinvali.- Las autoridades surosetas piden ayuda a Moscú.- Putin promete "responder a las acciones agresivas"
El polvorín del Cáucaso ha estallado en Georgia. Aviones georgianos Su-25 han bombardeado esta madrugada Tsjinvali, la capital separatista de la región georgiana de Osetia del Sur, donde al menos han muerto 15 personas, según ha comunicado el Comité de Información y Prensa (CIP) del Gobierno secesionista, aunque la agencia Interfax ha informado que pueden ser varios los soldados rusos muertos por los enfrentamientos, dentro del contingente que Moscú tiene destinado como fuerza de paz en la república ex soviética.
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Mijail Saakashvili
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1968
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(Tiflis)
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Georgia
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Tbilisi.
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República.
Población:
4,630,841 (2008)
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140,702,094 (2008)
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La ofensiva georgiana ha llevado a las autoridades surosetas a pedir ayuda a Rusia, su gran aliado en la zona. Osetia del Sur, cuyos habitantes casi en su totalidad tienen ciudadanía rusa, han solicitado de manera urgente la intervención de Moscú en el conflicto, y el Kremlin ha prometido acudir a esa llamada. El primer ministro ruso, Vladímir Putin, ha jurado "responder" a las acciones agresivas de Georgia, mientras el presidente del Parlamento ruso, Boris Gryzlov, ha asegurado que Rusia protegerá a sus "compatriotas".
El ataque se produce dentro de la operación militar emprendida por Tbilisi en la noche de ayer con el objetivo de "restaurar el orden constitucional" en la provincia separatista. Los combates entre fuerzas georgianas y rebeldes separatistas no han cesado en las últimas horas en el sureste de Tsjinvali. La operación georgiana ha cobrado fuerza con los bombardeos de los aviones, el uso de tanques y las columnas de soldados entrando en la capital rebelde. Cientos de voluntarios de Rusia y Abjazia, la otra región georgiana con aspiraciones separatistas, se han encaminado a Osetia del Sur para unirse a los rebeldes en su enfrentamiento contra las fuerzas de Tbilisi.
De esta manera, ambas partes han puesto fin al alto el fuego que habían acordado unas horas antes, tras una jornada de intensos tiroteos y acusaciones mutuas. Ambos países habían decidido hacer un esfuerzo para reconducir la situación, pero la caja de Pandora se ha abierto en el Cáucaso con el asalto de las tropas georgianas, que están lejos de abandonar. El presidente de Georgia, Mijail Saakashvili, ha ordenado a primera hora de hoy la movilización de todos los reservistas del Ejército y ha afirmado que sus tropas controlan casi toda la región secesionista.
Presión de Moscú
En este contexto, el ministro de Exteriores ruso aprovechó ayer para pedir a la OTAN que reconsidere admitir como miembro a la ex república soviética, pues "los pasos de Georgia son absolutamente incomprensibles y demuestran que el liderazgo de Georgia tiene cero credibilidad", dijo Yiru Popov, enviado a la región para mediar y concretar las conversaciones entre el Gobierno y separatistas.
No obstante, Rusia emplazó a la comunidad internacional a que trabaje para poner fin a la violencia, después de que el presidente estadounidense, George W. Bush, pidiera a Moscú que presionara "a los líderes de facto de Osetia del Sur para que cesen el fuego". Sin embargo, el Consejo de Seguridad de la ONU no ha conseguido ponerse de acuerdo esta madrugada para lanzar una declaración propuesta por Moscú y han decidido no actuar por ahora en el conflicto.

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