martes, 25 de marzo de 2008

España desea aprender de Italia en un ensayo de campeonato

«Del fútbol italiano siempre se habla mal en España, pero tenemos mucho que aprender de él e imitar su competitividad. Después del brasileño, es el mejor del mundo». En la víspera del último ensayo de España antes de conocer la lista de 23 elegidos para la Eurocopa de Austria y Suiza, Luis Aragonés dejó patente que es un enamorado de los transalpinos y que se toma muy en serio un encuentro que puede despejarle algunas incógnitas, sobre todo a la hora de decidir el sustituto de Albelda como medio de cierre. En principio, aunque no le convence en esa posición y le preferiría algo más adelantado, su apuesta es Senna, el hispano brasileño que jugó el Mundial de Alemania, que luego se cayó de las listas y que al final volvió más por las circunstancias que por devoción del técnico.
A dos meses y medio del Europeo, corren vientos saludables en la selección, al menos por lo que al entorno se refiere. Baste un ejemplo inequívoco: por primera vez desde que España cayó en Belfast el 6 de septiembre del 2006, a Luis se le vio relajado y no tuvo que responder a pregunta alguna sobre Raúl, ni a asuntos ajenos al partido. Amén de algún guiño clásico sobre la situación de la Liga, el meollo de su comparecencia en Elche versó sobre un amistoso con sabor a oficial y sobre las comparaciones odiosas con la azzurra, esa escuadra que no enamora a los puristas del espectáculo pero siempre está ahí, acumula cuatro títulos mundiales y un europeo y se presenta bajo el sol ilicitano con el núcleo que conquistó Alemania el verano pasado.
El asunto reside ahora en buscarle una explicación al porqué España es capaz de vencer en los amistosos a Argentina, Inglaterra, Francia y en no pocas ocasiones a Italia, contra la que se suma una victoria y dos empates en los tres últimos encuentros de preparación, pero no en los duelos a vida a muerte. Ante los italianos por ejemplo, España presenta un balance más o menos equilibrado de siete victorias, diez empates y nueve derrotas, pero en un choque de verdad la roja no sabe lo que es ganar desde los Juegos Olímpicos de Amberes en 1920.
¿La causa de esta aparente contradicción? Sostiene Luis que hay muchos factores para analizar en serio el asunto, que convendría que todos, incluida la crítica, se «quitasen la careta», pero cree que algo habrá en «los genes». «Hay momentos en los que España tiene un equipo para llegar más lejos que Italia, pero luego la realidad deja a cada uno en su sitio. Si tenemos que hacer algo respecto a los italianos, es imitarles», remarcó Luis. Y justificó esta sentencia a su manera: «Aquí siempre decimos que su Liga es mala y que su fútbol aburre, pero no es así. Prefieren el cero en su portería a meter siete, pero son muy estrictos en todo y poseen un gran equilibrio cuando atacan y cuando defienden». A diferencia de España, entiende Luis que «los italianos siempre son fuertes y competitivos». «Tiene un estilo muy definido, nunca varían mucho su método, creen en lo que hacen y son ganadores».
Tienen el mismo bloque del Mundial, pese al cambio en el banquillo de Donadoni por Lippi, con algunos jóvenes que «les vienen bien». Elude el debate de si el mejor portero del mundo es Casillas o Buffon, aunque el de Hortaleza confiesa que siempre barrerá para casa, y se queda con el centro del campo del rival, con futbolistas con una «gran condición física de base, inteligentes, bien dotados técnicamente y capaces de hacer faltas en su momento».
No esconde que los Iniesta, Xavi, Cesc y Silva son más vistosos y brillantes, mucho más de toque que sus adversarios a excepción quizá de Pirlo, y también está convencido de que «Gattuso no sería nuestro hombre», pero advierte, y no le duelen prendas en hacerlo, que el perro de presa milanista «puede enseñarnos a saber competir, a sacrificarse». Como España nunca será Italia y el físico de los españoles es el que es, Luis mantiene que si algún día puede hacer algo grande, será a base de explotar las virtudes de la técnica, la improvisación, la versatilidad y el factor sorpresa.
Agradece Luis que los ingleses proclamen que en la Eurocopa hay que animar a España, que el afamado Menotti argumente que en el orbe futbolero sólo dan espectáculo el Arsenal y la selección nacional, pero el de Hortaleza prefiere asumir un papel secundario e insistir en que, aunque se gane primero a Francia y mañana a Italia, los dos finalistas del último Mundial, la selección nunca partirá como favorita en el Europeo de Austria y Suiza. Y advierte con sarcasmo que «Menotti dice una barbaridad de cosas...».
El caso es que el choque entre dos posibles rivales en el cruce de cuartos de la Eurocopa promete y por algo se han agotado las entradas en Elche. Aquí, al abrigo del palmeral, la selección sólo sabe lo que es ganar en sus anteriores choques ante Bélgica (3-0), Macedonia (3-0), Ucrania (2-1) y Egipto (2-0), este último celebrado hace casi dos años y con Raúl y Reyes, hoy ausentes, como goleadores. Es el día señalado para un triunfo que prolongue la buena racha, permita soñar y certifique el estreno de De la Red y Arbeloa, dos productos de la inagotable cantera blanca que tuvieron que buscarse el éxito fuera de casa. También es un buen momento para comprobar si al fin Cesc, eclipsado por Xavi en la selección, se libera y comienza a ejercer de señor Fábregas, el líder del Arsenal.
Alineaciones probables:
España: Casillas, Sergio Ramos, Marchena, Albiol, Capdevila, Senna, Iniesta, Xavi, Cesc, Silva y Torres o Villa.
Italia: Buffon, Oddo, Materazzi, Cannavaro, Zambrotta, Gatusso, De Rossi, Ambrosini, Pirlo, Luca Toni y Di Natale.

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