Moscú, 28 abr (EFE).- El legendario hotel "Ucrania", uno de los siete rascacielos estalinistas de la capital rusa, abrió hoy sus puertas después de tres años de cuidadosa restauración para ofrecer a sus clientes un verdadero festín de realismo socialista.
El más rebuscado lujo capitalista se da cita con el clásico arte socialista soviético en esta majestuosa torre del llamado estilo "'imperio' estalinista", de 35 plantas y 206 metros de altura con la aguja, que fue en su día el hotel más alto de Europa.
El emblemático edificio del arquitecto Arkadi Mordvínov, construido a mediados de la década de 1960 del siglo pasado, fue declarado por el Ayuntamiento en 2005 monumento histórico y privatizado en una subasta pública cuyas condiciones incluían una respetuosa reforma.
Los propietarios desembolsaron 275 millones de dólares en la compra del hotel y otros 300 millones en su reforma, que se realizó durante tres años bajo supervisión del departamento de Patrimonio Histórico y Cultural de Moscú.
"Durante esos tres años se realizó una restauración detallada de las fachadas y de los elementos más valiosos del decorado interno y de los interiores que son considerados patrimonio cultural e histórico de Moscú", explicó a Efe la portavoz del departamento de Reconstrucción Monumental de la capital, Nadezhda Spiridónova.
La reforma del "Ucrania", que ahora se suma a la cadena Radisson Royal, incluyó no solo la renovación exterior del edificio, parecido a una tarta de boda y con su tejado ornamentado con escudos, estrellas, copas y gavillas de trigo, y de los interiores, cuyas paredes están revestidas ahora con gobelinos y mármoles.
También fueron restauradas unas 1.200 obras de arte propiedad del "Ucrania", entre cuadros y estatuas, bajorrelieves y plafones con escenas que representan a obreros, campesinos y deportistas, además de piezas de porcelana y los clásicos huevos de orfebrería rusos.
La hoya de la corona es una fascinante maqueta panorámica del centro de Moscú del año 1977, de 400 metros cuadrados, con el hoy inexistente hotel "Rossía" frente al Kremlin y la famosa piscina en el lugar de la Catedral ortodoxa de Cristo Salvador, dinamitada por los bolcheviques y reconstruida desde cero en la nueva Rusia.
Medio centenar de estatuas de bronce de personajes de los tiempos soviéticos reciben a los visitantes en el vestíbulo, restaurantes y pasillos del hotel, cuyas paredes adornan cuadros de artistas de la primera mitad del siglo XX, con paisajes urbanos y rurales rusos.
En el techo del vestíbulo, entre arañas de cristal, fue restaurado un enorme fresco de diez metros de diámetro, cuyos protagonistas celebran con danzas bajo banderas rojas una "Fiesta del trabajo y la cosecha en la hospitalaria Ucrania".
El hotel reformado ofrece a empresarios y turistas 505 habitaciones de distintas categorías de lujo, más 38 espaciosos apartamentos con cocina que pueden ser alquilados desde un plazo mínimo de tres meses.
Con una superficie total de 88.500 metros, el "Ucrania" tiene 35 plantas más otras dos subterráneas, que acogen incluso una piscina olímpica.
En la última planta, bajo la aguja de 73 metros, el "Ucrania" dispone de una romántica "sala de petición de la mano", así como de una alcoba nupcial, y dos plantas más abajo, de un mirador con vistas de Moscú.
Situado entre la céntrica avenida Kutúzov y el malecón del río Moskova, el hotel ofrece además singulares paseos en cinco yates que navegan durante todo el año, pues son rompehielos capaces de abrirse paso por la arteria fluvial en el gélido invierno ruso. EFE si/io/cr
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