martes, 29 de diciembre de 2009

Rusia y Ucrania alejan el riesgo de guerra energética

Este año parecía que no le iba a tocar al gas, sino al petróleo. Después de casi un año de relativa estabilidad en el suministro de hidrocarburos rusos a Europa, Moscú amenazó ayer con interrumpir el bombeo de su petróleo a Hungría, Eslovaquia y la República Checa a partir del próximo 1 de enero si el Kremlin no llegaba a un acuerdo con Ucrania sobre el precio de su tránsito por el territorio ucraniano. Pero a última hora de la noche las aguas parecían volver a su cauce.
«Las posturas de ambas partes se han aproximado», aseguró anoche una portavoz del Ministerio de Energía ruso, que añadió que el acuerdo de tránsito va a «garantizar acuerdos estables y fiables» y se firmará «en un par de días, en cualquier caso antes de fin de año». El Ministerio de Energía ucraniano también confirmó un «acuerdo preliminar» entre los dos ministros.
La liebre la había levantado horas antes el Gobierno ruso al advertir a la Comisión Europea del posible corte del suministro. Según la mayor petrolera rusa, Transneft, esa medida radical se debía a que los ucranianos imponían «condiciones inaceptables» para el tránsito de petróleo por el puerto de Yuzhny, en el Mar Negro. Las autoridades ucranianas presionaban para que Rusia aceptase una nueva subida del precio de tránsito tanto del petróleo como del gas por su territorio hacia Europa, a lo que Moscú se negaba en redondo.

300.000 BARRILES / El puerto de Yuzhny se ha convertido en el último punto de tránsito del crudo ruso hacia Europa occidental. Ucrania, antigua república soviética, es la mayor ruta del petróleo hacia la UE gracias al oleoducto de Druzhba, que proporciona 300.000 barriles al día a Hungría, Esolvaquia y la República Checa. Por Bielorrusia, otro antiguo vasallo de Moscú de la época de la URSS, transitan 800.000 barriles diarios hacia Alemania y Polonia.
Además, los gasoductos ucranianos transportan el 80% del gas ruso destinado a Europa, que constituye la quinta parte del consumo europeo. España no importa gas de Rusia, pero sí petróleo.
Las guerras del gas y del petróleo entre Rusia y sus vecinos tienen un fuerte componente político. La incapacidad del Gobierno ucraniano, de vocación proeuropea, de garantizar un suministro estable de hidrocarburos rusos sería un argumento a favor de la oposición prorrusa en las presidenciales de enero.

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