SE van acumulando datos sobre las peligrosas autopistas marítimas del Océano Índico. Podemos acabar hechos unos expertos, insensibles a toda tragedia. Es un riesgo. En 2008 los piratas somalíes atacaron unos 110 barcos; pero este año, a pesar de la operación Atalanta, ya van por 130 asaltos. Y uno de cada dos ataques acaba en secuestro. Tienen dónde elegir estos modernos terroristas: por allí pasan anualmente entre 20.000 y 30.000 buques, pesqueros como el Alakrana, o mercancías como el petrolero saudita Sirius Star, con capacidad para dos millones de barriles, que cayó en manos de los piratas en noviembre de 2008 y fue liberado dos meses después. Podemos hacer el cálculo de probabilidades de que una embarcación padezca un secuestro, el 0,4%.
Pero ayer, en la comparecencia ante el juez de los marineros vascos del Alakrana, nos enteramos de una historia tremenda, que produce estupor: la del carguero griego Ariana,secuestrado desde hace seis meses, del que su armador se ha desentendido por completo. Su tripulación es ucraniana, y entre ellos hay una niña de 11 años que un pirata de 14, armado de dos pistolas, se empeñó en violar. Y la violó. Los marineros españoles se quedaron impresionados del estado de abandono de este barco y la indefensión de dos mujeres y una niña que iban a bordo. Varios de los tripulantes del Alakrana se han quejado duramente del Gobierno por la detención de dos de los cómplices de su secuestro. Hay quien ha pedido a los defensores de los derechos humanos que dejen de ocuparse del "hijoputa del niño pirata" detenido aquí y se pongan a trabajar para conseguir la liberación del carguero griego. Una cosa no quita la otra, pero ellos están convencidos de que el Gobierno pactó con los secuestradores liberar a los detenidos en Madrid y parecen empeñados en que cumpla su palabra, porque "si no cumplen con los piratas", lo pagarán muy caro los siguientes secuestrados.
El barco español llevaba bandera de conveniencia, de las Seychelles, pero resulta que más del 60% de los barcos que surcan los mares llevan bandera falsa. Se ahorran impuestos de todo tipo, aunque después pidan ayuda al estado verdadero, cuando están en apuros. Es un consuelo que el armador vasco se sienta español a la hora de pedir protección. Que nadie escatimó, por cierto, pero que vale mucho dinero. Estaría bien que UPyD se saliera con la suya y se eliminasen los conciertos fiscales vasco y navarro, para que en estos territorios se tribute como en los del régimen general. Pero esa idea no la apoya nadie, ni siquiera PSOE o PP. Aunque hoy es difícil concentrarse en otra cosa que no sea el recuerdo de esa niña ucraniana a merced de un loco con dos pistolas y 14 años. Como para ser comprensivo con los piratas.
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