sábado, 23 de mayo de 2009

Medvédev rechaza firmar la paz energética con la UE

Se recuerdan pocos encuentros tan improductivos como la cumbre Rusia-UE de ayer en Jabárovsk. No se trazaron planes concretos, salvo «seguir dialogando», no se firmó ningún acuerdo ni se concretaron pasos inmediatos. Tampoco se han sentado las bases para evitar que se repitan cortes en los suministros de gas a la UE.
«Rusia no participa ni participará en la Carta Energética en su actual redacción», lanzó Medvédev en un tono que hasta Vladímir Putin procuraba evitar en sus últimos años al frente del Kremlin. La Carta Energética fue firmada en 1991 por 51 países, Rusia entre ellos, para fomentar la transparencia y la libre circulación de capitales en el mercado de la energía.
Pero Rusia no ratificó nunca el documento, cuyo contenido considera lesivo para sus intereses por la razón de que desea reservarse el derecho de mantener cerrado a cal y canto el sector energético ruso a los inversores extranjeros y permitir que Gazprom siga monopolizando la exportación y el transporte de gas.
Arrogancia
A la pregunta sobre si Moscú podría garantizar la fiabilidad de los suministros de gas, el máximo dirigente ruso respondió: «¿Por qué habríamos de dar garantías? Que dé garantías el que tiene que pagar por el gas», en alusión a Ucrania, país por el que pasan los gaseoductos que conducen el 80% de este con destino a Europa. Medvédev echó aún más leña al fuego al dudar de que Ucrania pueda pagar los 4.000 millones de dólares que cuestan los 19.500 millones de metros cúbicos de gas que ha encargado a Rusia.
Tampoco se vislumbra qué pasará con el acuerdo estratégico de cooperación entre Moscú y Bruselas. El actual es una prolongación del firmado en 1997 para 10 años. Medvédev aseguró que «seguiremos dialogando». Este tratado regulará los ámbitos comunes de relaciones con la UE: Economía, Libertad y Justicia, Seguridad y Educación.
Otro de los desencuentros fue la Asociación Oriental, iniciativa para una vincular a la UE con Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Georgia, Moldavia y Ucrania. Según el presidente ruso, «no han logrado convencerme de que será inocua para Rusia».

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