El presidente de Ucrania, Víctor Yúschenko, exigió privar de la ciudadanía ucraniana a las personas residentes en el país con doble ciudadanía, en especial la rusa. Expertos afirman que el presidente teme el desarrollo de un guión similar al "abjaso", escribe en su edición de hoy el periódico Gazeta.
Un acalorado debate en torno a la doble ciudadanía surgió en Ucrania tras la agresión perpetrada en agosto último por Georgia contra Osetia del Sur y la operación de imposición de la paz a Georgia llevada a cabo por Rusia. En Kíev y Europa surgieron recelos de que las autoridades rusas, al entregar cartas de ciudadanía rusa a los ucranios, planean repetir en Crimea lo realizado en Abjasia y Osetia del Sur, con el fin de lograr la separación de esa península de Ucrania.
Casi todos los habitantes de esos territorios georgianos, cuya independencia ya reconoció Moscú, a lo largo del último decenio recibieron cédulas de identidad de Rusia. Antes de producirse el conflicto georgiano-oseta en agosto último, en Ucrania sólo se hablaba de vez en cuando que en el país no se observa la norma constitucional de prohibición de la doble ciudadanía, pero después de la "guerra ruso-georgiana" comenzó una histeria, dice Vladímir Fesenko, director del centro de estudios políticos aplicados "Penta", de Kíev.
En opinión de experto, la reacción del presidente ucrano "es más bien emocional". "El problema se exagera. Quienes tienen doble ciudadanía no son centenares de miles sino miles, además, no tanto en Crimea cuanto en la provincia de Chenovtsí, donde muchos ucranios reciben cédulas de identidad de Rumania, y en Transcarpatia, cuya población buscando la posibilidad de salir a los países de la Unión Europea se provee de documentos húngaros", afirma Fesenko.
Alexei Vlásov, experto del centro de estudios del espacio postsoviético de la Universidad Lomonósov de Moscú, opina que se trata nada más que de una declaración política del presidente de Ucrania, porque no existen instrumentos reales para verificar si sus compatriotas poseen cédulas de identidad extranjeras o no.
La iniciativa de Yúschenko está apuntada también contra otra innovación que se debate en el parlamento ruso desde verano de este año. Se trata de introducir la llamada "carta del ruso étnico", la que permitiría a la diáspora rusa gozar de determinadas ventajas en el territorio de la Federación de Rusia. Moscú no oculta que tal carta se expediría en primer lugar a los rusos étnicos residentes en Ucrania.
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