lunes, 1 de diciembre de 2008

Cancilleres de la OTAN buscan bajar el tono a la disputa con Rusia

Los cancilleres de la OTAN se reúnen martes y miércoles en Bruselas con la intención de bajar el tono a la disputa con Rusia a raíz de Georgia y Ucrania, en un encuentro que marca la despedida de la secretaria de Estado norteamericana Condoleezza Rice antes de la llegada al poder de Barack Obama. Los aliados de Estados Unidos son concientes de la posibilidad de un cambio de política exterior de parte de Estados Unidos una vez que el 20 de enero asuma el presidente electo, el demócrata Barack Obama, más allá de que estén a favor o en contra de frenar la escalada con Moscú. Es por ello que los ministros de Relaciones Exteriores de los 26 países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se orientan a medidas prudentes, a la espera del cambio de gobierno en Washington. En ese sentido, decidirían una reanudación parcial de los contactos OTAN-Rusia, congelados tras el conflicto ruso-georgiano de agosto, aunque sin avanzar hasta una normalización completa, según indicaron fuentes diplomáticas. Al mismo tiempo, deberían profundizar su cooperación con Georgia y Ucrania, dos ex repúblicas soviéticas que aspiran a entrar en la OTAN, a pesar de la enérgica oposición de Rusia. Este acercamiento no incluirá sin embargo el otorgamiento del estatuto de candidato oficial que apoyaba en su momento Estados Unidos. El apoyo de Condoleezza Rice la semana pasada a esta solución contemporizadora fue saludada de inmediato por el presidente ruso Dimitri Medvedev, quien dijo estar "satisfecho". De todos modos, no es sólo la incertidumbre sobre la orientación futura de la diplomacia norteamericana lo que frena las aspiraciones de Georgia y Ucrania, sino también las divisiones dentro de la propia Alianza Atlántica sobre el camino a seguir en las relaciones con Rusia. Para algunos países como Alemania y Francia, es necesario establecer una verdadera asociación con Rusia para integrarla a un sistema de seguridad estable en Europa y ganar su apoyo indispensable en desafíos internacionales como la cuestión nuclear iraní. Pero otros países, liderados por Estados Unidos y el Reino Unido, temen dar a Rusia el derecho de inmiscuirse en las decisiones de la OTAN, en particular sobre su política de ampliación. Estas diferencias hacen que el comunicado final de la reunión ministerial de Bruselas aún esté inconcluso. En la cumbre de la OTAN de abril pasado en Bucarest, Francia y Alemania habían bloqueado el acceso de Georgia y Ucrania al Plan de Acción con vistas a la Adhesión (MAP), primer paso para entrar en la Alianza Atlántica. El camino propuesto ahora por Rice es transformar dos órganos de cooperación (las comisiones OTAN-Georgia y OTAN-Ucrania) para intensificar el diálogo y las actividades con esos dos países. Pero Alemania sospecha de esta iniciativa y quiere garantizarse que no se trata de esquivar el MAP para acelerar la adhesión de Georgia y Ucrania. Durante la reunión, los cancilleres tratarán también otro conflicto con Rusia, el proyecto de instalación del escudo antimisiles norteamericano en Polonia y República Checa, que Moscú amenaza contrarrestar con el despliegue de misiles de corto alcance en Kaliningrado, enclave entre Polonia y Lituania.

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