lunes, 1 de diciembre de 2008

Ucrania y Georgia no esperan recibir el MAP, pero sí promesas de futuro

Ucrania y Georgia no albergan esperanzas de recibir el Plan de Acción para la Adhesión (MAP) de la OTAN, antesala del ingreso, en la reunión de ministros de Asuntos Exteriores de la Alianza que se celebra mañana en Bruselas.'El tema ya no figura en la agenda del día. Todos nosotros sabemos que Ucrania no accederá al MAP', aseguró hoy Víctor Baloga, secretario de la Presidencia de Ucrania, en declaraciones a la televisión.En la misma línea, el ministro georgiano de Integración Euroatlántica, Gueorgui Baramidze, reconoció que 'varios países miembros de la OTAN mantienen una postura escéptica' debido a las presiones de Rusia.Tanto Kiev como Tiflis reconocen que han sido incapaces de persuadir a países como Alemania, Francia o España de que ambos están preparados política y militarmente para ingresar en la OTAN.En la cumbre aliada de abril pasado en Bucarest, el apoyo del presidente estadounidense George W. Bush fue insuficiente y, ahora, hasta Washington considera fuera de lugar abordar el asunto.'En estos momentos, no hay necesidad de tocar ese tema. Ucrania y Georgia no están preparadas para ingresar. Eso está bastante claro', aseguró la pasada semana Condoleeza Rice, secretaria de Estado norteamericana.Con todo, apuntó que Polonia y la República Checa nunca accedieron al MAP, por lo que propuso 'una alternativa: intensificar los contactos' con Georgia y Ucrania, posibilidad que ya ha sido rechazada por Berlín.El propio secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, adalid del ingreso de ambos países ex soviéticos, rehuyó en su última visita a Kiev dar garantías de que Ucrania y Georgia accederían al MAP.No obstante, insistió en que Rusia no es quien para 'impedir el ingreso georgiano y ucraniano', ya que no es miembro de la Alianza Atlántica.Rusia mantiene su oposición frontal al ingreso ucraniano y georgiano en la OTAN y ha propuesto la firma de un nuevo acuerdo de seguridad europeo que impida la expansión de los bloques militares.El presidente ruso, Dmitri Medvédev, aseguró que Moscú consideraría la invitación aliada a Tiflis como un 'premio' para el 'agresor' en la guerra de Osetia del Sur.El ucraniano Baloga reconoce que existe una fractura en la sociedad ucraniana, ya que las autoridades creen fervientemente en el ingreso, mientras la opinión pública aún no ha dado su brazo a torcer.Segun una reciente encuesta divulgada por la Academia de Ciencias de Ucrania, un 45,6 por ciento de los ucranianos considera que el ingreso en la OTAN sería un factor desestabilizador, un 30,1 por ciento de los encuestados opina lo contrario.Mientras, un 40 por ciento de los ucranianos cree que la política exterior del país debería centrarse en mejorar las relaciones con Rusia.Yúschenko está dispuesto a celebrar un referéndum al respecto, aunque sólo después de que la Alianza invite a Ucrania a ingresar en su seno.Ucrania, el único país, aliado o no, que participa en las siete misiones de la Alianza en el mundo, en especial en Irak, Afganistán y Kosovo, acoge actualmente una base naval rusa en la península de Crimea.Pese a la insistencia rusa, Kiev ya ha afirmado hasta la saciedad que no renovará el convenio bilateral que expira en 2017, cuando la Flota rusa del mar Negro deberá abandonar Sebastopol.A su vez, el representante especial georgiano para la solución de conflictos, Temur Yakobashvili, aseguró a Efe que Alemania 'también estaba dividida cuando ingresó en la OTAN'.Yakobashvili indicó que Tiflis 'no debe centrarse demasiado en el MAP' y sí dedicar todas sus energías a 'encontrar otros caminos más actuales para entrar en la Alianza'.Georgia, el principal aliado de Estados Unidos en el Cáucaso, espera que el proceso de acercamiento a la OTAN se acelere de nuevo cuando la nueva administración norteamericana del presidente electo Barack Obama llegue a la Casa Blanca.A diferencia de Ucrania, la gran mayoría de los georgianos están a favor de integrarse en la Alianza, como quedó de manifiesto en el plebiscito celebrado a principios de año.No obstante, la guerra de Osetia del Sur ha echado una sombra de duda sobre las credenciales democráticas del presidente georgiano, Mijaíl Saakashvili, que reconoció el viernes que Georgia fue la que inició las hostilidades para defender la aldeas georgianas.A esto se suman las protestas opositoras de finales de 2007 que desembocaron en la represión violenta de los manifestantes y la imposición del estado de excepción.

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