martes, 19 de agosto de 2008

Rusia en caída libre sin ser URSS

El héroe ruso es heroína. Yelena Isinbaieva, con su récord del mundo en pértiga, garrocha dicen acertadamente nuestros hermanos hispanohablantes, ha devuelto el orgullo pedido a Rusia.
Aquellos grandes éxitos bajo las siglas de URSS han pasado a la historia. Rusia es país importante en los Juegos, pero menos. El lunes, cuando se cerró la cuenta del medallero, ocupaba el sexto puesto con tan solo ocho medallas de oro a treinta y una de China y catorce de Estados Unidos.
A Rusia le ha ocurrido lo que a la antigua Yugoslavia. La independencia de sus repúblicas más prestigiosas la han relegado a puesto que hace años, con todo el viejo país compacto, habría sido impensable.
En Pekín si se contaran las medallas de acuerdo con lo ganado por Rusia, Ucrania, Georgia, Bielorrusia, Kazajstán, Azerbaiyán, Uzbekistán, Kirgyzstán, Estonia, Armenia, Tayikistán y Lituania la cuenta pasaría a ser de 18 oros, 27 platas y 47 bronces, un total de 92. De acuerdo con la clasificación, estaría en el tercer puesto detrás de Estados Unidos y por delante de Gran Bretaña.
La desmembración de la antigua Yugoslavia también ha tenido consecuencias en este sentido. Serbia únicamente había ganado una de plata y otra de bronce. Croacia presentaba idénticas cifras. Eslovenia la más destacada, tenía un oro, una plata y dos bronces. Bosnia-Herzegovina y Macedonia ni se habían estrenado.
El otro país desmembrado, Checoslovaquia, presentaba otra caída importante ya que Chequia estaba con dos oros y dos platas y Eslovaquia sumaba tres oros y una plata.
Un caso totalmente distinto es el de Alemania. La última vez que compitieron separadas, la Federal y la Democrática, ésta ganó 37- 35-30 y aquella 11-14-15. Entonces había alemanes que, sentimentalmente, sumaban ambas cantidades y con ellas 48-49-45 habrían ocupado la segunda plaza.
En Barcelona donde aún compitió unido el equipo soviético, gracias a la gestión que en el Kremlin hizo Juan Antonio Samaranch, entonces presidente del COI con el presidente Boris Yeltsin, ganó los Juegos con 45-38-28. En Atlanta, Rusia sola fue segunda lo mismo que en Sidney. En Atenas la caída se aceleró y quedó en tercer lugar detrás de Estados Unidos y China con 27-27-38. En Pekín se vislumbra auténtica fracaso y sólo Isinbaieva ha venido a salvar el honor patrio.
La saltadora rusa posee un contrato según el cual cada vez que bate el record del mundo en una de las pruebas de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) percibe 50.000 dólares. En Pekín, presumiblemente, salvo que tenga la compensación de la firma que la patrocina, perdió tan suculenta cantidad porque aquí no rigen las normas de las grandes reuniones internacionales. El también ruso Sergei Bubka fue batiendo el record mundial de centímetro en centímetro. Entonces le pagaban 10.000 dólares por ello, cantidad muy inferior a la de su compatriota.
Isinbaieva tiene por meta batir el record en treinta y cinco ocasiones lo que le proporcionará una buena fortuna.

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