martes, 19 de agosto de 2008

Rusia desoye la presión internacional y se resiste a abandonar Georgia

La presión de la OTAN, que ha reunido a sus ministros de Exteriores para escenificar su apoyo a Tiflis y la condena de la actuación rusa, no ha hecho cambiar la postura de Moscú. Las tropas rusas mantienen aisladas operaciones de castigo y aunque ya han comenzado a replegarse, han comunicado a las autoridades de Georgia que necesitarán dos días. Estados Unidos insiste en su mensaje: Rusia está "jugando un juego muy peligroso".
Altos mandos militares rusos han trasladado a las autoridades georgianas que necesitan dos días más para completar el repliegue en varias de las ciudades que aún están bajo su control. El anuncio lo ha hecho el representante presidencial en la estratégica ciudad de Gori, Vladímir Vardzelashvili, en una entrevista con la emisora de radio georgiana "Imedi".
Un lento repliegue
Los rusos necesitarán 48 horas más antes de abandonar tanto Gori, que se encuentra cerca de la frontera con la separatista Osetia del Sur, como Kareli, Kaspi y Jashuri. Con todo, el funcionario ha reconocido que en las calles de Gori "se ven menos soldados rusos" y que la población local ha regresado en un 80% a sus hogares.
Además, según datos del Ministerio del Interior georgiano, los blindados rusos también siguen ocupando las ciudades de Senaki y Zugdidi, no lejos de la frontera con Abjasia. Para el final de la retirada se dejará el territorio controlado por Tiflis, que se hará sólo después de completar el repliegue de sus unidades militares de la separatista Osetia del Sur. "En primer lugar se replegarán las unidades de retaguardia y también la segunda y tercera líneas", ha matizado el Ejército de Tierra ruso. Las "unidades de vanguardia serán las últimas en salir"
Esos son los planes rusos y no se espera que haya un cambio tras la reunión extraordinaria de los ministros de Exteriores de la OTAN que, a petición de Estados Unidos, analizan en Bruselas la situación. Hasta allí se ha desplazado la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, que no ha hecho más que reiterar las críticas de Washington a Moscú por su intervención en suelo georgiano. La 'número dos' de la administración norteamericana ha hecho hincapié en la soberanía territorial de uno de sus principales aliados en Europa del Este. Rice, que ha advertido de que Rusia está "jugando un juego muy peligroso" con EEUU y sus aliados, ha pedido a la OTAN que se plantee una reducción de sus vínculos con Rusia. Sería otra medida de presión sobre Moscú para que respete el acuerdo de paz.
La mano derecha de Bush ha insistido en que están "decididos" a evitar que Moscú consiga su "objetivo estratégico" en ese país caucásico y en otras naciones de la región y que cualquier intento ruso de recrear la Guerra Fría en Europa y antiguas repúblicas soviéticas y estados satélites fracasará. "No permitiremos que Rusia dibuje una nueva línea (de separación) en los estados que aún no están integrados en la estructura transatlántica como Georgia y Ucrania".
Frente unido de solidaridad
Previsiblemente, en el encuentro de la OTAN los aliados se mostrarán como un "frente unido de solidaridad" con Georgia y enviarán, al mismo tiempo, un mensaje "muy duro" a Moscú, según la portavoz adjunta de la Alianza, Carmen Romero. Además, los ministros darán su apoyo a los esfuerzos diplomáticos de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) y de la Unión Europea, y reiterarán su llamamiento para el cumplimiento efectivo del acuerdo de paz.
En respuesta a las peticiones de asistencia formuladas por el Gobierno de Mijail Saakashvili, la Alianza aprobará un conjunto de medidas para determinar los daños causados por los ataques rusos en las infraestructuras georgianas, tanto civiles como militares. Se pretende acordar el envío de un equipo de expertos para evaluar el estado de las instalaciones aeroportuarias, los radares, los hospitales y las redes eléctricas, entre otras infraestructuras esenciales.
Prosiguen las operaciones de castigo rusas en territorio georgiano
Centrada en su propia estrategia, Rusia sigue haciendo oídos sordos a las exigencias internacionales y sus tropas prosiguen las operaciones de castigo contra las infraestructuras civiles y militares en territorio georgiano al tiempo que ha comenzado un lento repliegue.
Según la emisora de radio georgiana Imedi, soldados rusos han prendido fuego a las instalaciones de un campamento juvenil en la localidad de Ganmujuri, cerca de la región separatista de Abjasia. Además, el diario The New York Times ha informado también de que Rusia ha llevado a Osetia del Sur varios equipos para el lanzamiento de misiles balísticos tácticos SS-21 y vehículos de suministro. Esos misiles podrían alcanzar blancos en casi toda Georgia, incluida la capital.
Lo que está siendo más efectivo es el intercambio de prisioneros de guerra. Según el canal de televisión Rustavi-2, la parte georgiana ha entregado a la rusa cinco militares, dos de ellos pilotos, cuyos aviones fueron derribados cuando sobrevolaban territorio georgiano. Por su parte, Rusia ha entregado quince militares georgianos de diverso rango.

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