sábado, 9 de agosto de 2008

La ofensiva rusa en Tsjinvali, un zarpazo de oso a Georgia

La ofensiva rusa en Osetia del Sur representa más un zarpazo a Georgia por su "arriesgada" operación militar que una advertencia de Moscú a los occidentales sobre su renovado "poderío", según los expertos norteamericanos.
"El hecho de que las tropas rusas penetren actualmente en Osetia del Sur es claramente una respuesta a la decisión georgiana de intentar tomar el control de la provincia", estimó Jeffrey Mankoff, del Consejo de Relaciones Exteriores (CFR).
El presidente georgiano, Mijail Saakashvili, tomó la "muy muy arriesgada" decisión de lanzar durante la noche del jueves al viernes una ofensiva militar contra la región separatista de Osetia del Sur, apoyada por Moscú. "Fue muy irracional hacer eso, porque no creo que los occidentales vayan a ir a rescatarle", consideró Mankoff.
Opinión que comparte con Stephen Larrabee, de la Rand Corporation, para quien Moscú ha querido "romperles la nariz a los georgianos, darles una pequeña lección, pero también mostrar que tienen intereses en esta región y la intención de defenderlos". "A lo mejor no tenían que haber comenzado esto, pero no permitirán que Georgia tome este tipo de medidas sin repercusiones", añadió.
Moscú replicó el viernes con el envío de importantes refuerzos a sus tropas de "mantenimiento de la paz" a Tsjinvali, la capital de Osetia del Sur, y Georgia lanzó un llamamiento a la comunidad internacional para que parara "una agresión militar directa" de Rusia en su territorio.
Para los expertos, el apoyo de Rusia a los osetios no es inocente. Efectivamente, Moscú acordó la nacionalidad rusa a todos los osetios que la querían, lo que hoy le brinda un buen argumento para defender a sus "compatriotas", subraya Stephen Larrabee.
Por otra parte, mientras dure el conflicto osetio, Georgia no podrá integrar la OTAN porque los estatutos de la alianza prevén que sus países miembros deben ejercer su soberanía en el conjunto de su territorio, añadió Jeffrey Mankoff. "Es por eso que Rusia tiene interés en impedir la resolución de los conflictos separatistas", explicó.
Pero los expertos no llegan a explicar la firmeza de la respuesta de Rusia como una voluntad de afirmarse frente a los occidentales a los que se opone por el proyecto norteamericano del escudo antimisiles, el acercamiento de la OTAN con la integración de Ucrania o Georgia, o los proyectos de oleoducto entre Azerbaiyán y Turquía destinado a evitar el territorio ruso. "Yo no llegaría hasta ahí", apunta Steven Pifer, de la Institución Brooking. "Esto puede que forme parte de la reacción rusa (...) pero creo que el factor principal ha sido que los rusos no se esperaban que los georgianos enfrentarán este asunto con medios militares".
Rusia tiene interés en que Georgia quede "un poco desestabilizada", estima un ex embajador de Estados Unidos en Ucrania. Pero "la envergadura de la operación militar georgiana era tal que ha provocado una reacción rusa", añadió. Los georgianos "habrían podido prever que los rusos iban a responder".
Todos se ponen de acuerdo al considerar arriesgada la apuesta de Saakashvili. "El Oeste no se va a meter en guerra por él, sobre todo contra los rusos", apunta Jeffrey Mankoff.
Estados Unidos y la Unión Europea han hecho un llamamiento inmediato al alto el fuego en Osetia del Sur y han anunciado el envío de una delegación conjunta para intentar conseguir el cese de las hostilidades.

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