miércoles, 18 de junio de 2008

Emisario de OTAN reaviva rechazos de ucranianos

Kiev, 18 jun (PL) La reciente visita de una delegación de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) encabezada por su secretario general dejó una estela de resonancia sin precedentes en Ucrania.
El acontecimiento, de otro lado, ratificó la intensión de Bruselas de arrastrar a Kiev contra viento y marea, incluso pese a posturas reticentes dentro de la alianza que afloraron en la cumbre de Bucarest.
Lo que si está claro es que los planes de integración de la elite política ucraniana enfilados a la OTAN mantienen una aguda polarización de la sociedad.
El jefe del cuartel general del bloque en Bruselas, Jaap de Hoop Scheffer, afrontó durante su recorrido de dos días por la capital y otras ciudades del interior una marea de protestas populares en rechazo a la presencia de la alianza.
Las manifestaciones más enérgicas fueron convocadas por los partidos Comunista y Progresista Socialista, cuyos activistas reclamaron la salida del territorio nacional de los emisarios de Bruselas y la no inclusión de Ucrania en la OTAN.
Otras fuerzas opuestas son el partido de las Regiones, del ex primer ministro Víctor Yanukovich, la Unión de Fuerzas Izquierdistas y el Bloque de Natalia Vitrenko.
El estado de opinión contra la línea oficialista, según las encuestas, ronda el 70 por ciento de la población, frente a casi un 12 por ciento de partidarios y un segmento de indecisos.
Paralelo a los opositores, grupos proclives a la proyección gobernante salieron también a las calles esta semana para apoyar las acciones emprendidas por la administración del presidente Víctor Yuschenko a fin de conseguir el ansiado guiño de Occidente.
Yuschenko y su “aliada” de los tiempos de la revolución naranja (2004), la primera ministra Yulia Timoshenko, propalan la idea de que una incorporación a la OTAN garantiza la seguridad nacional, una solución de problemas internos y la prosperidad de los ucranianos.
De Hoop Scheffer, sin embargo, no dio señales convincentes a Kiev sobre una pronta materialización de tales propósitos y dejó entrever que la pelota está en la cancha ucraniana con el referendo popular.
La embajadora de Estados Unidos en Bruselas, Victoria Nuland, cuyo gobierno patrocina el ingreso de Ucrania, declaró a la sazón que ninguno de los miembros de la alianza ve en perspectiva cercana la adhesión del país centroeuropeo y de Georgia, incluida.
Expertos del Centro de Coyuntura Política de Rusia consideran, empero, que Bruselas por razones objetivas tiene interés de mantener alto “el ruido informativo” en torno a esta cuestión, dando a entender supuestas prioridades con Kiev.
No caben dudas de que se trata de un mensaje a Moscú referido a la estrategia de Occidente de expandir su presencia al espacio postsoviético.
El Kremlin y la cúpula militar rusa interpretan como amenaza a su seguridad una virtual integración de Ucrania con el bloque nor-atlántico y la ampliación de la OTAN asociada con los intereses de cercar a Rusia.
Después de su cita a puerta cerrada con el secretario general de la organización militar, Yuschenko dijo tajante que una tercera parte no debe influir en la decisión de Bruselas de aceptar la adhesión de su país al plan de membresía.
Como quiera que el mandatario se esfuerce en prometer la neutralidad de Ucrania ante los planes militaristas de la OTAN, de por sí sus pronunciamientos no minimizan las suspicacias en Moscú.

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