miércoles, 18 de junio de 2008

El poco presupuesto e internet limitan el periodismo de investigación

No existe el periodismo de investigación transnacional porque son muy raros los ejemplos de cooperación internacional entre periodistas», sentenció ayer Galina Sidorova, directora de la revista mensual de investigación moscovita, «Sovershenno Secretno» (Top Secret), quien explicó ayer las dificultades a las que se enfrenta la prensa independiente en un país, Rusia, en el que han sido asesinados 14 periodistas desde 2000. El mismo fundador de su revista murió en «circunstancias sospechosas» en un accidente aéreo, segun explicó Sidorova, que se quejó de la escasa efectividad de sus investigaciones. «Antes llegamos a lograr la dimisión del ministro de Justicia por un artículo sobre la corrupción en su departamento; ahora, nuestras historias, aunque siguen siendo vistas por los lectores, ya no obtienen reacción por parte de la Fiscalía», explicó.
Durante el debate, celebrado en el marco de un congreso del Instituto Internacional de Prensa (IPI por sus siglas en inglés) en Belgrado (Serbia), Stefan Candea, periodista rumano y fundador del Centro Rumano para el Periodismo de Investigacion (www.crji.org), insistió en la falta de recursos financieros para realizar viajes y para recopilar bases de datos sobre el crimen organizado como principales obstáculos en su labor. «A las grandes empresas de comunicación no les interesa que sus reporteros participan en talleres sobre periodismo investigativo», dijo.
Contra el paraíso criminal
Candea presentó los resultados de una investigación de seis meses sobre el paraíso criminal que existe en Transnistria, la region separatista moldava fronteriza con Rumanía y Ucrania. En el proyecto participaron periodistas de Rumanía, Moldavia, Ucrania y Rusia, que trabajaron durante dos semanas de incógnito en Transnistria, una república gobernada por su presidente, Igor Smirnov, y su familia «como una verdadera organización criminal», según su informe. Unos 500 miembros moldavos, ucranianos y rusos del hampa regional campan a sus anchas en esa región, según informaciones de los servicios de seguridad de Moldavia citados en el reportaje.
Sus investigaciones les llevaron a la fabrica de Rabniba, una planta industrial en la que trabajan unas 4.000 personas que ha sido acusada de fabricar armas ilegalmente y de blanquear dinero para las mafias que operan en el país. La pista del dinero condujo a este equipo de jóvenes periodistas a Vaduz, capital de Lichtenstein, donde están registradas las dos sociedades propietarias de la fábrica, aunque sus ramificaciones por las redes criminales europeas llegan a Chipre y a Suiza, pasando por empresarios con vínculos mafiosos de Rusia y Ucrania.
Como explicó Daniele Moro, responsable de Informativos de la cadena de television privada italiana TG5, «la mafia y los traficantes de seres humanos no tienen las restricciones territoriales a las que se enfrentan las policías europeas».
Sin tiempo para profundizar
El equipo de Moro profundizó en una información de la cadena CNN hasta destapar una red de venta de esclavos sexuales -«las compraventas se realizaban justo delante de nuestra oficina, frente al cementerio de Milán»-. Por su parte, Misha Glenny, autor británico del libro «MacMafia», arremetió contra el «voraz apetito por las noticias que tiene internet», que hace que la presión por entregar informaciones sea tal que a los corresponsales no les queda tiempo para investigar los temas en profundidad.

No hay comentarios: