sábado, 3 de mayo de 2008

Es la especulación la que empuja los precios de los alimentos

Cientos de miles de personas se movilizan en estos días por el mundo protestando por el alza del precio de los alimentos. Los países desarrollados y los organismos internacionales esbozan excusas, pero no soluciones.'La gente se está muriendo de hambre y todo lo hecho de bueno en la última década para el desarrollo de los países, incluida la estabilidad política, podría verse afectado'. La frase pertenece nada menos que a Dominique Strauss-Kahn, director gerente del FMI. A su lado, Robert Zoellick, del Banco Mundial, enarbolando un pan y una bolsa de arroz, dijo: 'hay una crisis alimentaria que requiere medidas drásticas que no pueden esperar ni siquiera hasta junio próximo, cuando se reúna el G8'. Sostuvo además que existen 33 países en riesgo de 'desestabilización política' por el alza del precio de los alimentos. ¿A qué se debe este repentino interés de los organismos financieros internacionales por el hambre en el mundo?Clamor por comidaLa semana pasada asistimos a la represión de los 'cascos azules' sobre masas famélicas que protestaban por el alza de los precios de los alimentos en Puerto Príncipe y otras ciudades haitianas. Pero no se trató de un hecho aislado: en el último mes hubo saqueos en supermercados en Egipto, Senegal y Camerún. Manifestantes que protestaban por el alza de los alimentos incendiaron edificios gubernamentales en Burkina Faso. También se registraron marchas en Indonesia, Tailandia, Pakistán, Costa e Marfil, Etiopía, Indonesia y Filipinas. En Latinoamérica hubo protestas en México, Guatemala y El Salvador por el aumento del precio del maíz.Las protestas por el alza de los precios de los alimentos llegaron incluso a los países desarrollados. Los panaderos de Washington salieron a protestar por la suba de la harina. En Italia, hubo hace un mes una original protesta de consumidores, que llamaron a 'un día sin pastas', quejándose de subas que superaban el 20%.Sucede que los precios de los alimentos suben espectacularmente en todo el planeta. El precio del arroz, alimento básico de 2.500 millones de personas, alcanzó un nuevo máximo histórico, en un alza que comenzó en enero. El trigo también está un 25% más caro que hace un mes, alcanzando su valor más alto en 28 años. Todo esto disparó por las nubes el costo de los alimentos. En los últimos tres años, los precios subieron un 83%. Según datos del FMI, la suba mundial promedio durante el 2007 fue de un 25,6%. En Latinoamérica, la comida creció en Chile un 34,2%, en Brasil un 23,6% y en nuestro país, donde los datos oficiales del Indec dicen un 5,8%, se lo calcula entre el 36 y el 39% (según los propios técnicos del Instituto hoy desplazados por la intervención).¿Qué está pasando?Tres mil millones de personas (la mitad de la población mundial) viven con menos de dos dólares diarios. De ellos, 1.300 millones, lo hacen con menos de un dólar diario (el mínimo estipulado por el propio Banco Mundial como límite de pobreza). Según los datos de la FAO, en el mundo hay 1.000 millones de personas con desnutrición crónica, de los cuales 158 millones son niños. De esos 1.000 millones, 854 millones están subalimentados, recibiendo menos de 1.900 calorías diarias, pasando literalmente hambre. 820 millones de ellas viven en países en desarrollo (52 millones en Latinoamérica), e increíblemente, hay incluso 34 millones de subalimentados en el mundo desarrollado. Estos números aumentan en la población que vive en las grandes ciudades: son desnutridos crónicos el 50% de la población urbana de Africa y el 40% de América Latina. En ciudades como Calcuta, en la India, este porcentaje llega al 70%.El FMI, el Banco Mundial, los gobiernos de Estados Unidos y Europa y la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación) lanzaron distintas explicaciones para esta catástrofe. Es un hecho que hoy, siguiendo datos de la propia FAO, los stocks mundiales de alimentos son los más bajos desde 1982. Los más cínicos trataron de dar excusas señalando que se trataba de un problema 'coyuntural' de poca producción, basado en cuestiones climáticas, como las sequías que habían arruinado cosechas en Australia. Esta explicación no se sostiene por sí misma. Tampoco los que acusan al 'consumo explosivo' de las nuevas clases medias urbanas de China e India. Afirman cínicamente que 'el problema es que en 1985 comían 20 kilos de carne por año y ahora 50', sin detenerse a explicar qué tiene eso que ver con la suba del precio del arroz o del trigo.Capacidad sobraNo es cierto que la gente se muere de hambre porque no hay capacidad de producir alimentos para todos. Un reciente panel de 400 expertos del Food Policy Research Institute sostiene que, si bien en el mundo hay más de 800 millones de personas con problemas de desnutrición, sin embargo existe capacidad de sobra para proveer alimentos para todos. Una triste confirmación de esto es que en Ucrania se acaban de tirar granos podridos por valor de 100 millones de dólares al Mar Negro, después que el gobierno prohibiera su exportación para que no subieran los precios locales. O el informe de la propia FAO denunciando que, sólo en la ex URSS, hay 23 millones de hectáreas de tierras cultivables abandonadas por 'falta de rentabilidad'.Otra explicación del alza de los precios, que apareció sobre todo en boca de Jean Ziegler (relator de Naciones Unidas), señala que el motivo principal de la suba se debe a la aparición de los biocombustibles (etanol y biodiesel). Así, desde el 2005, se está reemplazando cultivos, dejando de lado la producción de alimentos para dedicarse a los que son materia prima de biocombustibles, en particular el maíz. Es evidente que esto es cierto, pero, según el mismo Food Policy Research Institute, sólo puede explicar entre un tercio y un cuarto de los incrementos de precios de los alimentos.Especulación¿Cuál es, entonces, la causa principal? La clave la tenemos en los mercados especulativos: según la consultora de Wall Street Lehman Brothers, entre 150.000 y 270.000 millones de dólares se lanzaron a 'especular' con los precios a futuros de las materias primas agrícolas, haciéndolas subir artificialmente. Standard & Poors, por su parte, afirma que sólo en el primer bimestre del 2008 entraron a ese negocio 40.000 millones de dólares. Es lo que se denomina cínicamente 'la inversión en commodities'. Para ver que todo es pura especulación, basta señalar que, durante marzo, en sólo dos días cayeron los precios de la soja, el trigo y el maíz entre un 8 y el 17%, debido a una leve recuperación del dólar. Y después volvieron a subir, todo sin que tuvieran nada que ver las cosechas ni ningún otro factor real.La solución es estructuralLos gobiernos de los países en desarrollo toman medidas absolutamente ineficaces, que a lo sumo terminan beneficiando a los grandes monopolios exportadores de alimentos a costa de los precios y las cantidades que ponen a disposición del mercado mundial. Egipto prohibió la venta de alimentos a otros países para mantener bajo el precio, Filipinas compró 500.000 toneladas para asegurarse stock. Tailandia, Vietnam, India, Rusia y Ucrania, principales vendedores de alimentos, también fijaron restricciones. Los miembros del G7, por su parte, ofrecen cínicamente 'aumentar' las migajas que ponen para los programas de alimentación de Naciones Unidas, mientras siguen exigiendo a los países del Tercer Mundo que abran sus mercados para así liquidarlos y hacerlos depender de sus propias exportaciones.Es evidente que está pendiente una discusión acerca de si los biocombustibles son salida para reemplazar los combustibles fósiles que se están agotando y que, además, contaminan a niveles intolerables el planeta. Así como un debate serio y científico sobre las reales consecuencias de los transgénicos. Pero nada de esto será posible mientras el único criterio para invertir y producir sea la lógica de la ganancia y no el imperativo categórico de que no debe quedar un habitante de nuestro planeta con hambre. El capitalismo hoy nos muestra, en pleno siglo XXI, la horrible cara de no poder garantizarle un plato de comida a casi la mitad de la población del planeta.

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