lunes, 24 de marzo de 2008

Zara continúa su expansión mundial con Benetton intentando darle caza

La firma hispana abrió 650 locales en el mundo en 2007, período en el que su rival gastó 300 millones de euros para expandirse.
Ignacio Tavra H.La textil española Zara es el líder indiscutido de las cadenas minoristas del mundo de la moda. En el último año, la firma de Amancio Ortega abrió nada menos que 650 nuevas tiendas, inaugurando también su llegada a mercados como Colombia, Guatemala, Omán y Croacia.Pero la compañía del grupo Inditex no corre sola esta carrera. La italiana Benetton, cuyas ventas la posicionan bastante más abajo que Zara, quiere reducir la brecha entre ambas y recuperar un dominio que tenía hasta antes de la potente irrupción de la hispana, producida con mayor radicalidad en los últimos diez años. Para eso, la firma planea invertir este año 250 millones de euros en expandir su negocio en “mercados prioritarios”, incluyendo India, Turquía y China.El grupo de la tradicional familia Benetton gastó el año pasado cerca de 300 millones de euros para impulsar su crecimiento en mercados internacionales. La firma también está agregando nuevos productos, como anteojos de moda, para obtener mayores ingresos que le permitan competir con Inditex y también con la cadena sueca Hennes & Mauritz. Esto se suma a su reciente entrada al negocio de los perfumes y artículos de aseo personal, relojes, artículos para el hogar y productos para bebés.Y los esfuerzos de Benetton ya se han visto reflejados en sus balances. A fines de febrero, la empresa anunció un aumento de 16% en sus ganancias de 2007, a 145 millones de euros. Sus ventas, en tanto, subieron 9%. Benetton, que nombró a Gerolamo Caccia Dominioni como director ejecutivo en marzo, pronosticó también un positivo 2008.Pese a esto, el nuevo CEO de la firma reconoció hace unas semanas que a raíz de los difíciles tiempos económicos el panorama del retail es “duro”. En enero, la familia Benetton agregó a su participación controladora la compra de 5,5 millones de euros en acciones, luego que el precio se desplomara en un tercio desde el comienzo del año.Conquistando el mundoInditex, por su parte, sigue gozando de una excelente salud a nivel mundial. No obstante, en una entrevista al diario Wall Street Journal hace un mes, el presidente del conglomerado, Pablo Isla, reconoció que Zara –que representa el 60% de las ventas del grupo– necesitaba pisar el acelerador para mantener su liderato. “Ha habido un claro cambio de mentalidad en la compañía”, aseguró esa vez el ejecutivo del segundo minorista de ropa más grande del mundo en ventas, después de Gap. En ese sentido, la firma intenta contrarrestar los efectos de la desaceleración económica a través de cambios específicos, que espera logren ahorros de tiempo y dinero. Es así como los gerentes de los locales están siendo entrenados para desempacar y ordenar los artículos de manera más rápida y la compañía está agregando nuevas rutas de carga para sus productos.De momento, la firma sigue su acelerada expansión. A comienzos de mes, Inditex anunció que abría nuevas tiendas en Indonesia y China, en una región –Asia Pacífico– donde ya cuenta con 87 locales, sumando a Japón, Malasia, Singapur, Filipinas y Tailandia. Pero este crecimiento mundial –que la ha llevado a sumar 1,91 millón de metros cuadrados de espacio de retail– no se detendrá ahí. Para este año la firma planea entrar por primera vez a Corea, Ucrania, Egipto y Montenegro.Los mandamasesEl éxito de ambas compañías tiene dos claros impulsores: Amancio Ortega y Luciano Benetton. El español de 71 años abrió la primera tienda de Zara en La Coruña, en 1975, luego de fundar el grupo Inditex. Su expansión internacional se produjo recién trece años después, cuando en 1988 abrió un local en Oporto, Portugal. La fortuna de Ortega llega hoy a los US$ 20.200 millones, que lo ubican como el vigésimo segundo hombre más rico del mundo, según el último ranking de la revista Forbes.Luciano Benetton, en tanto, comenzó su relación con la industria textil a los 20 años. En 1965 abrió su primera tienda en Belluno y un año después hizo lo propio en París. Hoy tiene una riqueza avaluada en US$ 2.900 millones.

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