viernes, 30 de noviembre de 2007

La UE es víctima de su propio éxito"


Timothy Garton Ash es uno de los intelectuales más influyentes del mundo. Catedrático de Estudios Europeos en la Universidad de Oxford e investigador de la Hoover Institution de la Universidad de Stanford, esta semana ha visitado Barcelona para participar en el ciclo Pensar Europa, organizado por el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona. Antes de impartir su conferencia, Ash dedicó unos minutos a LaVanguardia.es para analizar la situación de la UE y los problemas que, como ente global, afronta en los próximos años.

Cree que la UE ha cumplido las expectativas por la que fue creada? Si los padres fundadores vieran como es hoy la UE, sentirían que un sueño se ha hecho realidad y más. No creo que hubiesen previsto que algunos países del centro y del este de Europa o los países que vivían bajo el fascismo, como España, estuvieran en una comunidad de democracias liberales viviendo en paz y libertad. Así que, sí, el sueño ha sido más que realizado.
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¿Llegados a este punto, 2007, cree que podemos esperar más de la UE, más que este largo periodo de paz y estabilidad? Lo primero que quiero decir es que la UE es víctima de su propio éxito porque la gente toma estos logros como garantizados y cree que volver a la guerra en Europa es imposible, lo que no es cierto, como se podría ver en las próximas semanas en los Balcanes. Hay todavía mucho por hacer en la UE. Necesita mantener la paz entre nuestros vecinos; necesita continuar con el proceso de ampliación; y necesita ayudar a los pueblos a hacer frente a los grandes retos como el cambio climático, las desigualdades o el auge de China que no se pueden hacer por sí solos. Todos estos problemas necesitan a la UE. Creo que en la próxima década los grandes tareas para la Bruselas estarán más allá de nuestras fronteras. ¿Así, Europa debe preocuparse sobre lo que sucede fuera de sus fronteras? Sí. Europa debe preocuparse sobre lo que pasa más allá de sus fronteras, como el conflicto de Oriente Medio o el Magreb, que genera oleadas de inmigración hacia Europa, que provocan a su vez terrorismo. ¿Cree que el papel de Europa se volverá más importante ahora que parece que volvemos de nuevo a un orden multilateral? Creo que sí, que hay una oportunidad con el próximo presidente de EE.UU., ya que tenderá hacia nosotros. Estoy activamente implicado en una nueva iniciativa llamada Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, que diseña políticas europeas. Lo que nos gustaría es que cuando el nuevo presidente de EE.UU. salga elegido en noviembre, él o ella tenga encima de la mesa un papel que diga: estos son los principales problemas del mundo y esto es lo que Europa puede hacer para solucionarlos. ¿Usted espera del próximo presidente de EE.UU. que tenga una actitud más cooperativa? Pienso que es bastante probable que la próxima Administración tienda a decir: "Tú, Europa, has dicho que esto son los temas importantes, así que di qué vas a hacer al respecto", en vez decir de forma unilateral qué hay que hacer. Estamos ante una oportunidad que pide algo de Europa. ¿Y qué puede dar Europa? En mi último libro "Mundo Libre" hablo de cómo las relaciones transatlánticas tienen que ser reinventadas sobre una nueva base. El sistema de la Guerra Fría está muerto, así que necesitamos nuevas relaciones. Naturalmente, esto ha sido mucho más difícil con el unilateralismo de George W. Bush. Creo que el punto de arranque no consiste en decir que europeos y norteamericanos seamos amigos, sino en fijarse que hay grandes retos en el mundo, como el crecimiento de China. Para ello, nos necesitamos mutuamente porque tenemos unos intereses comunes que hemos de definir. No hay problema en el mundo que pueda ser solucionado si Europa y EE.UU. no trabajan juntas. ¿Y no opina que Europa necesitaría tener un ejército común para hacer frente a estos problemas? Creo que se necesita una fuerza de intervención rápida, es decir, un poder militar para intervenir. Sin embargo, nunca tendremos el poderío militar de EE.UU. Por ello es importante utilizar el poder económico, porque así sí somos como EE.UU. Por ejemplo, respecto a Irán y su problema nuclear decimos que no deberíamos bombardear Irán. Pero hemos de tener una alternativa, y ésta es el poder económico, que no es un "soft-power". La gente dice que Estados Unidos es el poder duro y Europa el blando, pero esto no es así. ¿Se refiere a sanciones económicas? Sanciones e incentivos. Europa tiene una gran relación comercial con Irán. Hay que amenazar con sanciones al comercio pero a la vez dar la perspectiva de tener fuertes relaciones comerciales. ¿Piensa que Javier Solana puede tener éxito como negociador europeo en el asunto nuclear iraní? No por sí mismo. Solana es un gran activo de la UE, pero las negociaciones sin la presión ni los incentivos adecuados no pueden resultar exitosas. Necesita más respaldo para obtener un resultado. ¿En este objetivo de trabajar juntos, no hay que olvidar el papel de Rusia. No. Esto ilustra que estamos en un mundo multilateral y no podemos dirigir una política respecto a Irán sin implicar a Rusia y a China. Naturalmente, ahora hay una resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, pero involucrar a estos dos países no se puede hacer más. ¿Qué cree que debería pasar con Turquía? Turquía sí o Turquía no en la UE? En teoría, no; en la práctica, sí. Si ahora partiéramos de cero, la solución ideal sería una asociación especial. Pero hemos prometido desde hace más de cuarenta años que Turquía tiene derecho a ser miembro de la UE y hemos abierto las negociaciones para ello. Creo que deberíamos ser serios al respecto. En unos 10 ó 15 años me gustaría ver a Turquía como miembro de pleno derecho de la UE. ¿Pero sólo porque Bruselas lo prometió debe Turquía ser miembro de la UE? ¿O su entrada comporta algunas ventajas? Pienso que hay un mayor interés en demostrar al mundo islámico que Europa no es un club antimusulmán. Incluso si los partidos islamistas como el de Erdogan aceptan tanto las reglas básicas de la democracia liberal como a la esfera pública secular, entonces pueden ser miembros de pleno derecho de la UE, lo que tendría una gran importancia simbólica. También sería muy importante para la geoestrategia tener un aliado estable dado la posición que ocupa. Este es un gran reto para Europa. ¿Otro tema sobre la ampliación de la UE es el de los Balcanes. ¿Cuál seria la principal ventaja de tener a estos países en la UE? Ya nos preocupamos de los Balcanes. La mitad de esa zona es, de una manera u otra, un protectorado de la UE. A la larga, la única solución buena es que estos países de la antigua Yugoslavia estén más cerca unos de otros, formando parte de la UE. Es difícil hacerlo, porque para estar en la UE necesita países estables y funcionales, algo que no pasa en Kosovo o en Bosnia. Esto es lo que deberíamos perseguir. ¿Cree que si se adhiere a los países de los Balcanes se podría evitar una nueva guerra? En unas semanas, probablemente Kosovo declare la independencia y entonces veremos que sucede. Va a ser un momento peligroso, lo que demuestra que no podemos dar la espalda a la región e ignorarla. No nos lo permitirían. ¿Entonces, qué puede pasar en las próximas semanas en Kosovo? Parte del territorio de Kosovo está controlado por los serbios. Veremos cómo reaccionan tanto en esta provincia como en Bosnia, donde podrían preguntarse por qué ellos no pueden también pedir la independencia. Las consecuencias serían considerables. Soy de la opinión de dar a Kosovo una independencia supervisada y condicionada, como preparación para ser miembro de la UE. Es la solución menos mala, ya que por ahora no es ni una colonia ni un país. Hemos de hacer una cosa o la otra. ¿Piensa que en el caso de Serbia, la UE no ha cumplido su requisito de entregar a [los criminales de guerra fugados] Ratko Mladic y Radovan Karadzic como paso previo a empezar las negociaciones? Estoy a favor de capturar a Mladic y a Karadzic. Hay momentos en que las autoridades serbias claramente no hicieron todo lo posible para hacerlo. Pienso que hemos fracasado al demostrar de forma clara que queremos a los serbios en la UE. Croacia está ultimando su adhesión, y por ello los serbios piensan que son los grandes perdedores, algo que, en parte, es cierto. El que fuera presidente de Croacia, Franco Tudjman fue también corresponsable de la disolución de la antigua Yugoslavia, pero pese a ello hay la idea que los croatas eran ángeles y los serbios demonios. Es un gran error. Hablemos de otros vecinos. ¿Piensa que Ucrania o Bielorrusia, países muy cercanos, tendrían que entrar en la UE? El tratado de la UE dice que para ser miembro tienes que ser un país europeo, así como ser una democracia liberal, tener respeto a la ley, etc. Puede alguien dudar que Ucrania es un país europeo? Por supuesto que lo es. Mi opinión es que estratégicamente Ucrania tiene que estar en la UE. El problema es que deja a un lado a Bielorrusia, que tiene un camino muy muy largo para llegar a ser miembro, incluso más largo que Turquía. ¿Entiendo, pues, que usted prefiere una UE más amplia? Sí, y también más profunda y fuerte. Creo que es erróneo hacer una contradicción entre amplio y profundo. Ser amplio te hace ser fuerte, si lo haces bien. Somos un bloque de 600 millones de personas, con un PIB superior al de EE.UU., lo que supone un poder creciente. Hemos de trabajar juntos. Este es el gran reto. Pero, siendo claro, la lógica de la ampliación está llegando a su fin. Los casos de Turquía, Ucrania, Bielorrusia y los Balcanes ya son los últimos. ¿Cambiando de tema. Qué opinión le merece lo que está pasando en Bélgica? Se cumplen más de 170 días sin gobierno. Es muy interesante, porque hay dos grandes tendencias en Europa en los últimos 50 años: integración y desintegración. En el continente hay cada vez estados más pequeños, algo que en Catalunya lógicamente habéis hablado mucho. El asunto crucial es cómo lo haces, no qué haces. En otras palabras, mira los casos de Yugoslavia y Checoslovaquia. Ambas eran federaciones comunistas artificiales, pero una se desintegró con guerra y la otra de forma pacífica, mediante la revolución de terciopelo. Si, en última instancia, Valones y Flamencos deciden ser más autónomos, lo lamentaría porque me gustan los países multinacionales. Yo soy, a la vez, inglés y británico. España, por ejemplo, es una nación compuesta de naciones. Me gusta el hecho de tener múltiples identidades. Si en Bélgica pueden continuar así, estoy muy a favor, pero sino, que la separación se haga de forma pacífica. ¿Que le parece lo que sucedió en Polonia con los gemelos Kaczynski. Pudo Polonia haber sido el primer país en ser expulsado de la UE? No, no lo creo. Al contrario. Pienso que la ironía es que una vez dentro de la UE, es difícil que haya miembros disciplinados y que salgan con cosas que no pueden ser porque ya están dentro. ¿Cómo tiene la UE que tratar el auge de China? Este auge, junto al de India, es lo que está transformando nuestro mundo más que en ningún otro momento. En los últimos 500 años, Occidente ha estado en cabeza, marcando la agenda política. Esto está cambiando rápidamente. Por ello sospecho que el gran triangulo para los próximos años en la política internacional será EE.UU., la UE y China, y luego habrá otros poderes importantes como India, Rusia, Brasil o Sudáfrica. ¿Y qué se debe hacer al respecto? Hemos de manejar esto con sabiduría. Primero, no podemos permitir que China enfrente a Europa con EE.UU., a Alemania con Francia o a Italia con España. Hemos de mantener la unión. Segundo, hemos de aceptar que China tiene un papel importante en dirigir el mundo. Por ejemplo, podemos expandir el G-8, incluyendo a India, Brasil o China, para que sean parte de la solución, no del problema. Y ya para acabar. ¿Podría haber una tercera guerra mundial?Siempre es posible. La Historia está llena de sorpresas. Sin embargo, es mucho más probable una serie de pequeñas guerras causadas por la proliferación de las armas de destrucción masiva o, como ya hemos visto, por conflictos étnicos, la hambruna o el cambio climático. El riesgo de una guerra nuclear es mayor ahora en la década de los 80, aunque no sería tan destructiva. Así pues, como historiador veo improbable ver una gran tercera guerra mundial, pero más probable ver pequeñas guerras.

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