sábado, 27 de octubre de 2007

La CNE evidencia la vulnerabilidad de la UE ante posibles cortes de gas





El regulador destaca la escasa diversificación de aprovisionamiento y la dependencia del mercado ruso
Lorena López Madrid. La preocupación por el aprovisionamiento de gas es cada vez más alarmante. La Comisión Nacional de la Energía (CNE) ha dejado patente en varias ocasiones esta situación, pero en el último año estas advertencias se han resaltado, sobre todo ante la crisis del gas ruso a través de Ucrania acontecida en enero del pasado año, lo que “evidenció lo vulnerable que es la Unión Europea a los cortes de suministro de gas”. Según el regulador, esta situación ha constituido un aviso para los Estados miembros de la UE. Cabe destacar, en el caso europeo, el elevado volumen de importaciones de gas procedentes de Rusia en forma de gas natural, que suponen el 35% del volumen total, así como las procedentes de Noruega, que alcanzan un 19,4%.Los países de la Unión Europea volvieron a alarmarse cuando, el pasado mes, la empresa estatal rusa Gazprom amenazó con cortar el suministro a Ucrania por la acumulación de impagos. Expertos de los 27 Estados miembros reunidos esta semana intentaron quitar importancia al asunto, y determinaron que este invierno no habrá problemas de suministro de gas ruso a la Unión Europea.En cualquier caso, la duda sobre el aprovisiones siempre cierne entre los Estados miembros. Por ello, desde la normativa energética se hace tanto hincapié a la hora de potenciar un mayor grado de diversificación para minimizar el riesgo, para contar no sólo del suministro a través de los gasoductos en forma de gas natural, sino también contar con aprovisionamiento de Gas Natural Licuado (GNL) a través de barcos.La excepción respecto a estas carencias y, de forma sorprendente, se alza en el mercado español, país que ha sabido esquivar todos estos imprevistos y se sitúa como el mayor importador de GNL de Europa, al tiempo que está entre los países con mayor grado de diversificación (ver cuadro).España cuenta con una posición estratégica para el suministro a través de barco y el grado de diversificación se verá incrementado de forma significativa con la puesta en marcha del gasoducto Medgaz, que unirá España con Argelia en 20090 .Los países vecinos no disfrutan de estas ventajas y, por ello, el regulador fue tan receloso a la hora de limitar las incursiones de la empresa estatal argelina Sonatrach o de la italiana Enel, a quienes impuso explícitamente cláusulas para garantizar el aprovisionamiento de gas al mercado español. Sin embargo, desde el Ministerio de Industria se retiraron estas condiciones, tendiendo siempre en cuenta que, previsiblemente, Bruselas obligaría a suprimirlas por considerar que se trata de medidas intervencionistas. En su lugar, el departamento que dirige Joan Clos se ha decantado por el impulso de los almacenamientos subterráneos. Falta de almacenamientos España carece prácticamente de yacimientos de gas natural, por lo que más del 99% del abastecimiento proviene de otros países. Además, las instalaciones de regasificación tienen capacidad de almacenamiento, pero sólo sirven para cubrir la demanda del momento, no para tener reservas de seguridad. En la actualidad, sólo hay dos almacenes subterráneos: el de Serrablo, en Huesca, y el de Gaviota, en Vizcaya.Fuentes gubernamentales explicaron que se está trabajando en una nueva normativa que regule los almacenamientos de gas (previsiblemente una orden ministerial). El texto está en manos de la CNE, que debe realizar un informe preceptivo para redactar la norma definitiva.Los cambios más significativos son la reducción a 20 días de los 35 días actuales exigidos de reservas de gas, puesto que la capacidad de almacenamiento no ha crecido tanto como la demanda y, en consecuencia. Además, se exigirá a las empresas más competencia y abaratar los precios. El Ministerio de Industria contempla que se construyan seis nuevos almacenes subterráneos de gas en el plazo de cinco años, con una inversiones de unos 1.500 millones. Sin embargo, algunos municipios se oponen a su instalación, a lo que desde el Ministerio se alega que son instalaciones sin problemas que traen consigo beneficios y creación de puestos de trabajo.

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