domingo, 4 de diciembre de 2011

Ucrania, la esperanza defraudada

Tras la democratización experimentada a raíz de la 'Revolución Naranja' de 2004 y el ascenso económico previo a la crisis, Ucrania se había convertido en la gran esperanza de constituir un modelo a seguir para otras antiguas repúblicas de la URSS. Se habló incluso de su posible candidatura a miembro de la UE y de las enormes posibilidades de su mercado para las empresas del viejo continente.
Aunque algo obsoleta, Ucrania ofrece una potente industria y por su territorio sigue fluyendo el 25% del gas ruso que se consume en la UE. Se perfila, además, como puente de paso para los hidrocarburos procedentes del Caspio y Asia Central.
Sin embargo, la crisis económica, la reciente inestabilidad política, el acoso de Rusia y el dudoso rumbo que han tomado las actuales autoridades del país están frustrando las ilusiones. En Moscú hay disposición a bajar los precios del gas a su vecino, pero a cambio de una mayor integración en la Unión Aduanera conformada por Rusia, Bielorrusia y Kazajstán, algo que Bruselas considera totalmente incompatible con la firma de un acuerdo de asociación y de libre comercio con la Unión Europea.
Según el primer ministro ucraniano, Nikolái Azárov, su país «se ha alejado ya del abismo económico». Hasta octubre, el crecimiento de su Producto Interior Bruto (PIB) era del 5,3%.

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