miércoles, 11 de mayo de 2011

Femen: las topleras combatientes que levantan el neo feminismo en Ucrania

The Rock es la radio más querida de Nueva Zelanda, aunque no necesariamente la más sofisticada del país. “La música es la única cosa que tomamos en serio”, es la consigna de la radio. Recientemente, The Rock ofreció a sus auditores hombres la oportunidad de ganar un viaje a un exótico sitio de vacaciones en el este de Ucrania. Además de 12 noches pagadas, el premio incluye 2.000 dólares neozelandeses (1.000 euros) para gastos menores.

El gran premio, sin embargo, tiene que ser elegido en el terreno mismo por el propio ganador: una esposa. “Gane un viaje a la hermosa Ucrania”, anuncia el concurso. “Y conozca a la Apasionada Dama Europea Oriental con la que quizás se case un día”. El logo del concurso muestra el rostro pixelado de una belleza rubia. Lleva en el cabello un cintillo rojo desde donde cuelga una tarjeta de regalo, como si ella fuera un regalo de navidad.

“GREG, VEN ACÁ”

El viaje lo ganó Greg, hombre robusto de algo más de 30 años de edad. En un cuestionario sobre su persona, Greg dijo que busca “alguien con quien compartirlo todo y disfrutar intimidad”. Reveló también que se ducha todos los días. El neozelandés se dispone a viajar, vía Moscú, a Donetsk, la capital regional de Ucrania oriental. Según una encuesta, en Kiev 70% de las estudiantes han sidoabordadas a lo menos una vez por un extranjero que les ofrece dinero por sexo.

Inna se acicala para recibir a Greg, el soltero de Nueva Zelanda. La rubia se calza sus zapatos de taco alto de piel de cocodrilo y sus brillantes pantalones de cuero y pone en su cabello una corona de flores. Esperando en la sección de llegada del aeropuerto de Donetsk, lleva un letrero en la mano que dice: “Greg, ven acá”. Pero es improbable que Greg pueda pasarla por alto: sus pechos están desnudos. Inna Shevchenko, de 20 años de edad, estudiante de Kiev, es una “Combatiente Topless”, como se llaman a sí mismas las activistas del grupo de derechos de la mujer Femen.

La organización ha estado luchando contra el turismo sexual y la prostitución en Ucrania, un país que hasta Google asocia automáticamente con “agencias de citas” y “mujeres”.

Los avisos publicitarios a la derecha de la búsqueda Google de “Ucrania” son para “Damas Ucranianas Solteras”, “Mujeres de Ucrania” o “Búsqueda de Pareja Ucrania”. A pesar de que el grupo tiene solamente unas pocas docenas de activistas como Inna y alrededor de 300 apoyos, las protestas topless le han dado a Femen una reputación global.

REVOLUCIÓN FEMENINA

Desde que Yanukovich tomó el mando, las fuerzas ucranianas de seguridad se han ido interesando cada vez más en Femen. En el verano europeo de 2010, elementos del SBU forzaron la entrada al departamento de Anna Hutsol, de noche. Le dirigieron “conversaciones preventivas” y la amenazaron con “quebrarle los brazos y las piernas”.

Los directivos de una universidad de Kiev enviaron recientemente citaciones a varias estudiantes porque participaban en actividades de Femen. Luego, en la oficina del rector, fueron interrogadas por agentes del SBU. Estos les preguntaron “de dónde vienen el dinero para vuestra campaña” y “para quién trabajan ustedes”.

En el distrito gubernamental de Kiev han circulado desde hace tiempo rumores acerca de Femen. Un día se dice que la organización fue encargada por la líder opositora Ylia Tymoshenko; al día siguiente, que es el propio primer ministro ruso Vladimir Putin quien está supuestamente apoyando al proyecto para ridiculizar la política ucraniana.

La verdad es que Femen sobrevive gracias a modestas contribuciones de un puñado de donantes, entre ellos el alemán Helmut Josef Geier, más conocido como DJ Hell. Venden también por Internet algunos artículos destinados a sus simpatizantes y rematan pequeñas obras de arte. Para producir esto último, las activistas pintan primero sus pechos de amarillo y azul, y luego hacen impresiones sobre ropas o telas.

Las feministas de la vieja escuela encuentran extrañas a las tropas topless. “Se visten como prostitutas”, criticó la investigadora de género Maria Dmitrieva en una revista rusa. “La exhibición de pechos desnudos, con o sin causa, por cierto no es conductiva a un discurso social”.

En el Café Cupido, Anna Hutsol suspira: “Sí, somos diferentes de las feministas clásicas. Para ganar una voz, ellas se han hecho parecidas a los hombres. Pero nosotras queremos una verdadera revolución femenina. Nuestras protestas desnudas son parte de la lucha por la liberación femenina. Tenemos el derecho a usar nuestros cuerpos como armas. Fueron los hombres los que convirtieron los pechos en un secreto”. La activista Inna Shevchenko piensa que “a los hombres les gustan los senos de las mujeres, pero no les gusta que una mujer también tenga algo que decir”.

No son sólo otras feministas quienes han manifestado reservas sobre el exhibicionismo de Femen.

Facebook bloqueó la página de Femen porque algunos funcionarios sospecharon que era pornográfica. La madre de Inna ya no quiere tener nada que ver con ella y le pidió que no volviera a llamarla.

En el aniversario del desastre de Chernobyl a fines de abril, un fotógrafo sacó una foto de las activistas de Femen vestidas sólo con botas, ropa interior y máscaras antigas. Se supone que las fotos aparecerán en la edición italiana de Gentlemen’s Quarterly, una revista para hombres que, por lo menos en Italia, es aficionada a salpicar sus páginas con fotos de desnudos y confesiones de celebridades femeninas.

Para Femen, no es un tema. “Queremos mostrar ante todo el mundo nuestro neo-feminismo”, dice Anna. En los próximos meses piensa viajara a Suiza e Italia para establecer contactos. Y brinda, alzando su taza de café: “Por las Femen de todos los países”, dice ceremonialmente. “Por nuestros planes para conquistar todo el mundo”.

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