miércoles, 26 de enero de 2011

Los españoles se salvaron de milagro


Cuarenta y cinco minutos después de la explosión estaba prevista la llegada de un vuelo de Iberia

Día 25/01/2011
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Las primeras imágenes de la masacre perpetrada ayer en el aeropuerto de Moscú fueron las obtenidas a partir de las cámaras de seguridad: cuerpos mutilados, inmóviles sobre el suelo, ensangrentados. Denso humo, gritos y desconcierto.
Una persona que esperaba a un familiar se encontró de repente tirada en el suelo y con un fragmento de intestino ajeno encima. Sufrió magulladuras, pero salvó la vida gracias a que se encontraba a suficiente distancia. Estaban llegando en ese momento vuelos procedentes de Bélgica, el Reino Unido, Ucrania y Alemania. Hacia las cinco y cuarto de la tarde (dos horas menos en España), es decir tres cuartos de hora después de la explosión, estaba previsto el aterrizaje del avión de Iberia procedente de Madrid. El vuelo fue desviado al aeropuerto de Vnúkovo y el regreso se hará hoy, no ayer según el horario habitual. Los pasajeros fueron alojados en un hotel.
El Consulado español en Moscú informó de que no hay españoles entre las víctimas. «Afortunadamente ningún español fue tan temprano a recibir a alguien al aeropuerto», señaló un funcionario de la Embajada de España en Moscú. Calculando el tiempo que llevan los controles de pasaporte y la recogida de equipaje, lo normal es que los pasajeros de ese vuelo de Iberia no empiecen a salir antes de las cinco y media.
Irina Tsvéi, subdirectora de la radio Eco de Moscú, estaba en la zona de salidas del aeropuerto cuando se escuchó la tremenda explosión. Contaba ayer que el pánico se apoderó inmediatamente de mucha gente. «Nos precipitamos instintivamente hacia el exterior de la terminal». Luego surgió un denso humo y gritos desgarradores.
La Policía se dio prisa en acordonar el área. Cuando llegaron los reporteros de las televisiones rusas no pudieron filmar el epicentro de la tragedia. Mostraron solamente el trasiego de ambulancias y el trajín de la Policía.
Salvados por un retraso
Algunos entrevistados en la plataforma del tren de cercanías que une el aeropuerto con el centro de la capital estaban aún visiblemente impresionados por el suceso. Un hombre de unos cincuenta años afirmó que «nos hemos salvado gracias a que uno de los que venían con nosotros se retrasó más de lo debido en el control de pasaportes y después en el lavabo».
Moscú, que se ha visto inmersa en las últimas semanas en una ola xenófoba, a causa del asesinato de un hincha del club de fútbol Spartak, volverá a verse probablemente sacudida por nuevos incidentes entre ultras y caucasianos. Se abrirá otra vez la veda contra todos aquellos de piel oscura.

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