martes, 18 de enero de 2011

Anuncia El Barzón marcha contra alza de precios el 31 enero

A partir de la interrupción de las exportaciones de trigo por parte de Rusia y la situación de sequía que también se presenta en Ucrania y Kazajstán, se ha venido desarrollando en el país una campaña para justificar el incremento de precios de las harinas, el pan y prácticamente todos los productos alimenticios. Sin embargo, el incremento de los precios no tiene ninguna base que justifique dicha acción, de acuerdo con Alfonso Ramírez Cuéllar, dirigente de El Barzón.

A través de un comunicado, Ramírez Cuéllar señala que no hay desabasto y tampoco caída de la producción a nivel internacional. La producción mundial de cereales en 2010 fue de aproximadamente de 2 mil 286 millones de toneladas, 1.5% mayor que el año anterior. "Es una producción de las más altas que hemos conocido".

Asimismo, indica que en la actualidad el incremento de los precios de los alimentos no pueden ser explicados, dado que a diferencia de la crisis del 2006-2008, el precio del petróleo, se encuentra a menos de 71 dólares, cuando en los años de la crisis alimenticia llegó a 140 dólares.

De igual manera, dice, existe suficiencia de inventarios y el crecimiento económico y la demanda mundial de alimentos no tiene aún un fuerte incremento. El nivel de los precios del petróleo ha provocado una reducción de la demanda de granos para la producción de biocombustibles.

La recuperación económica y el aumento de la producción de granos son señales positivas para América Latina, el Caribe y en particular para México. Las previsiones de producción de cereales de América Latina y el Caribe para el 2011 muestran un crecimiento del 6,3 %, debido a la expansión de la producción de cereales de países latinoamericanos y de la producción nacional.

"Esta alza es totalmente contraria a las previsiones internacionales. Recordemos que en el informe ‘Perspectivas de la Economía Mundial y Reporte de la Estabilidad Financiera Global’, del Fondo Monetario Internacional señala que diferencia de muchas otras materias primas, los precios de los alimentos se recuperaron en forma modesta".

Como ejemplo claro cita, en el 2007 en el país la cosecha de frijol alcanzó las 994 mil toneladas; en 2008 mas de un millón 111 mil toneladas; para 2009 se alcanzaron un millón 50mil toneladas y para el presente año se espera una cosecha récord histórica; pese a ello, se han importado ya mas de 162 mil toneladas. En nuestro país el consumo aparente es de un millón 100 mil toneladas, con un consumo per cápita de 11.2 kg.

"La cosecha de frijol PV 2009 inicio en los primeros días de septiembre y se extendió hasta mediados de diciembre; al inicio de la misma los precios al productor fueron altos, sin embargo, fue hasta el 21 de diciembre que SAGARPA-ASERCA emitió los lineamientos de mercado para la comercialización de frijol estableciendo que se apoyaría a las organizaciones comercializadoras hasta el 90 % del volumen histórico. Sumado a lo anterior, un día después, el 22 de diciembre se publica el anexo 1 estableciendo un volumen susceptible de apoyo de hasta 112mil toneladas de frijol que equivale al 25% de las estimaciones de cosecha tan solo de los estados Chihuahua, Durango, SLP, Guanajuato y Zacatecas y que se ha comercializado hasta antes del 31 de marzo del 2010".

Ramírez Cuéllar se dijo convencido que el aumento del consumo de alimentos de las economías emergentes, el bajo crecimiento de la demanda de cultivos utilizados para biocombustibles y el posible efecto de la mayor utilización de instrumentos financieros sobre la demanda de existencias no son factores que contribuyeron al aumento de precios, que ya es ser permanente; sin embargo, el punto ofensivo, el que verdaderamente está generando una diferencia entre el pago a productores y el precio al consumidor final es el juego especulativo sobre cientos de productos, en detrimento de la población.

Subraya que la volatilidad de los precios representa una grave preocupación para los consumidores, ya que los recientes vaivenes -déficit/superávits de producción, reservas nutridas o escasas, fluctuaciones de los precios del petróleo y la recesión económica mundial- han perturbado los mercados de productos básicos agrícolas, dejándonos en situaciones extremadamente complicadas.

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