domingo, 16 de mayo de 2010

La esperanza a 2.900 kilómetros de distancia

Mucho, mucho frío, poca comida, malas condiciones higiénicas, bajo nivel educativo y casi nada de cariño. Un panorama totalmente contrario es el que muchos niños de Ucrania se encuentran en España cuando cada verano y cada Navidad viajan desde los fríos orfanatos de este país del Este a las cálidas ciudades andaluzas, en concreto del Campo de Gibraltar. Ochenta niños ucranianos ya tienen puesta su esperanza a 2.900 kilómetros de distancia de su actual hogar. Ellos son los afortunados que llegarán a la comarca el próximo 7 de junio para disfrutar de los tres meses de verano junto a sus familias de acogida, que este año son 75 -algunos hermanos convivirán con la misma familia-. La presidenta de la Asociación Niños de Ucrania y Andalucía, Dolores Pérez, ya lo tiene preparado todo para recibir a los pequeños. La señorita Lola, como todos la conocen, trabaja todo el año junto a los padres de acogida para aportar unos meses de felicidad a los niños. Algunos ya repiten, pero otros no, por lo que cuatro monitoras de los orfanatos los acompañan para hacer el seguimiento de la acogida y ayudar a los que todavía no dominan el idioma.
Labor humanitaria
La Asociación cuenta este año con una nueva sede social cedida por el Ayuntamiento, en la que a partir de ahora podrán reunirse los 250 socios de la comarca (sube a 315 en toda España) para organizar no sólo las acogidas, sino también las centenares de obras que la señorita Lola dirige durante todo el año. Recientemente, los padres han enviado al orfanato de Zitomir, situado a 210 kilómetros al norte de Kiev, una ayuda de cinco mil euros para reformar los dormitorios de los pequeños. «La ayuda humanitaria es constante, hace dos meses por ejemplo, también pagamos el gas, colaboramos en poner los suelos, la cocina y en crear talleres preocupacionales», explica Pérez.
Así, han puesto en marcha un taller de peluquería, costura, madera y bricolaje con la intención de que los niños salgan de los orfanatos, donde sólo pueden permanecer hasta los 18 años, con una orientación profesional y evitar que caigan en las mafias. «Nuestro segundo objetivo es hacerles la vida mejor en el orfanato», asegura Lola.
Secuelas de una catástrofe
Lo cierto es que la situación en los orfanatos deja mucho que desear. La presidenta de la Asociación relata que en estos sitios «lo están pasando mal», pues recordó la catástrofe nuclear de Chernóbil que devastó el país en 1986. «El sarcófago tiene una grieta y hay fugas radiactivas, por lo que aún hay zonas peligrosas, que están numeradas, incluso en la cuatro, la más alejada». Por ello, Pérez comentó que los niños cuando llegan a España vienen con tos causada por la contaminación, que empieza a desaparecer cuando llevan aquí varias semanas. Las bajas temperaturas y la mala alimentación son otras de las cuestiones que llevan a esta Asociación a trabajar por estos niños.
Para continuar con esta labor solidaria y humanitaria, la Asociación reclama más ayudas de las instituciones. Así, está pendiente de un proyecto presentado a la Diputación Provincial de Cádiz para crear un taller de carpintería y bricolaje, así como de otros propuestos a entidades bancarias, ayuntamientos y a la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras, que «siempre nos concede alguna ayuda».
Así las cosas, la presidenta de la Asociación lanzó un mensaje a todas las familias de Algeciras y el resto de la comarca para que participen en esta obra y «si hubiera más familias de acogida, podrían venir más niños y sacarlos de los orfanatos». También existe la opción de traer a los niños por estudios y, una vez que finalizaran, volverían a Ucrania.
Adopción
Algunas de las acogidas acaban en adopción. No obstante, la presidenta de la Asociación Niños de Ucrania quiso dejar claro que ellos se mantienen al margen de esta decisión, muy personal de los padres. Además, la Junta de Andalucía vigila que los niños que han estado anteriormente en acogida no sean los que finalmente se adoptan. «Esto escapa a nuestra responsabilidad», dijo Pérez, quien no obstante calculó que en la comarca existe una veintena de niños de Ucrania que han sido dados en adopción a las familias.

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