Los términos de explotación del yacimiento gasífero de Greater Sunrise enfrentan hoy a Australia y Timor Leste, cuyo gobierno rechazó el empleo de una excluyente plataforma flotante.
Dili se opone a que la compañía australiana Woodside Petroleum explote sus recursos y deje fuera a Timor Leste, que exige un gasoducto hacia su territorio y una planta de procesamiento en tierra firme.
"Timor Leste rechazará cualquier pacto que excluya el suministro a nuestro país", enfatizó el ministro de Recursos Naturales, Alfredo Pires, que tildó la propuesta de "inaceptablemente arrogante".
La Woodside Petroleum y ConocoPhillips, Osaka Gas y Royal Dutch Shell, asociados con el nombre de Empresa Conjunta Sunrise, mandaron de inmediato representantes a Dili para colegiar una rápida solución.
Pero el primer ministro Xanana Gusmao se negó a recibirlos, y ahora están en juego dos años y medios de desarrollo del proyecto, que estipulaba la repartición de las ganancias a partes iguales.
Sin embargo, antes de empezar a extraer los 154 mil millones de metros cúbicos de gas natural de Greater Sunrise, ambas partes necesitan ponerse de acuerdo en su destino final.
Hasta ahora existen tres opciones: una tubería hacia Timor Leste, una hacia la ciudad australiana de Darwin, o una plataforma flotante sin precedentes, a mitad de camino entre ambos países.
Timor Leste insiste en traer el gas hacia su territorio, por razones de soberanía y porque le representaría unos 26 mil millones de dólares en diversas utilidades.
Además, el gas del otro gran yacimiento timorense, Bayu Undan, es actualmente bombeado hacia Australia, llevándose Dili las migajas.
En tal sentido, el gobierno timorense le hizo un guiño en enero último al gigante petrolero malayo Petronas, un gesto que irritó al ministro australiano de Energía, Martin Ferguson.
"El gobierno de Australia ha recalcado siempre que el lugar de procesamiento del gas natural licuado es una decisión comercial de la Empresa Conjunta Sunrise", declaró Ferguson.
Pero analistas en Timor Leste discrepan, pues los ejecutivos de Woodside se aparecieron con su propuesta, sin consultar al gobierno ni estudiar cuán factible sería bombear el gas hacia Timor o Darwin.
La cuestionada petrolera alega que el profundo lecho marino hace económicamente "inviable" el tendido de una tubería, aunque Timor Leste piensa más en la prosperidad de su gente que en términos de ganancias para la empresa.
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