Moscú, 23 de abril, RIA Novosti. Ucrania se encuentra en la posición de una doncella que durante mucho tiempo fue cotejada por todo el mundo y se da cuenta ahora de que ya no está en buena forma, nadie le ofrece la mano y hay sustitutas, opina Konstantín Símonov, director de la Fundación rusa de seguridad energética nacional.
Moscú le ayudó a Kiev con fuertes descuentos en materia del gas y está dispuesto a invertir en la modernización de la red ucraniana de gasoductos para asegurarse que Ucrania asuma sin rechistar su ocaso como país de tránsito, señala el experto, citado hoy por el diario Vedomosti. La víspera, el ministro ruso de Energía, Serguei Shmatkó, anunció que ambas partes planean reanimar una empresa conjunta para modernizar las infraestructuras del trasiego del gas en Ucrania.
A Europa, vía "ventana" ucraniana. Infografía
La construcción del gasoducto Nord Stream, en el mar Báltico, y South Stream, en el mar Negro, cuesta más que el transporte del combustible vía Ucrania pero el problema, según el experto, consiste en que Kiev rehúsa proporcionar garantías políticas a Moscú. Símonov vaticina que el nuevo contrato gasista con Ucrania será firmado en 2020, cuando ésta ya no tenga bazas algunas. Lo importante ahora es conseguir que los suministros del gas ruso no se vean colapsados durante el próximo decenio.
El gasoducto Nord Stream. Infografía
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