jueves, 11 de febrero de 2010

Yanukóvich renace de sus cenizas para vengarse de líderes naranjas ucranianos

Me dirijo oficialmente a la primera ministra (Yulia Timoshenko) para pedirle que dimita y pase a la oposición", aseguró hoy Yanukóvich, después de que la Comisión Electoral Central (CEC) confirmara su victoria en los comicios presidenciales del domingo.

En esta ocasión, Yanukóvich, de 59 años, no está dispuesto a dejarse arrebatar la cartera como ocurriera hace cinco años, cuando las protestas contra el fraude le convirtieron en blanco de las diatribas de la oposición naranja y de las cancillerías occidentales.

Entonces, el político originario de la región oriental de Donetsk, capital del cinturón industrial y minero ucraniano, de la que llegó a ser gobernador, se postuló a la Presidencia como delfín del presidente Leonid Kuchma y candidato del Kremlin.

Pese a todo, el líder de la Ucrania rusohablante no arrojó la toalla y esperó a que las luchas intestinas entre los líderes naranjas y el impacto de la crisis le permitieran recuperar el terreno perdido y presentarse como el salvador de la patria.

A la cabeza de las encuestas desde hace meses, Yanukóvich se llevó la victoria dejando en la cuneta en la primera vuelta al presidente Víctor Yúschenko y, en la segunda, ganó en una votación en la que se hizo eco del descontento de la población.

Esta vez, Yanukóvich, que ejerció el cargo de primer ministro en dos ocasiones (2002-2004 y 2007), no necesitó que el Kremlin le apoyara públicamente y, de hecho, él mismo ha intentado suavizar su imagen de "mandado" de Moscú.

"No soy un marioneta del Kremlin. Mi política buscará relaciones de buena vecindad tanto con Rusia, como con la Unión Europea", aseguró en una entrevista con el canal estadounidense CNN.

En cualquier caso, Yanukóvich afirmó hoy en su primer discurso programático que la prioridad de su gestión será recuperar las buenas relaciones con Rusia y con el resto de países de la comunidad postsoviética.

Según la prensa, quiere persuadir a Rusia de que siga exportando su gas por territorio ucraniano con destino a Europa y aparque sus proyectos de gasoductos alternativos, como el South Stream.

Yanukóvich, que recibió el apoyo mayoritario de los ucranianos de origen ruso, es partidario de que la lengua rusa sea oficial al igual que la ucraniana, a lo que se opuso durante todos estos años con uñas y dientes el pro occidental Yúschenko.

De hecho, el futuro presidente de Ucrania pronunció en ruso sus primeras palabras, tras conocerse que los resultados preliminares del escrutinio le daban la victoria en los comicios.

A su vez, está a favor tanto del acercamiento a la Unión Europea como de la firma de un tratado de libre comercio con los veintisiete miembros de la UE, proceso que precisamente él inició cuando era primer ministro.

En lo que se muestra intransigente es en su oposición frontal al ingreso en la OTAN, ya que más de la mitad de la población es contraria.

Al mismo tiempo, para evitar suspicacias en Occidente, ha dicho que Ucrania no entrará en ningún bloque militar, sea occidental u oriental, como la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, la alianza militar postsoviética.

Yanukóvich negó que tenga intención de echar por tierra todas las reformas democráticas introducidas en los últimos años por Yúschenko y Timoshenko.

"No me daré prisa en realizar reformas políticas radicales. Sólo si veo que el sistema político existente no tiene más potencial, si veo que frena las reformas, propondré a la sociedad cambios constitucionales", explicó.

En el plano económico, Yanukóvich cuenta con el respaldo de los magnates industriales ucranianos como Rinat Ajmétov, el hombre más rico de la comunidad postsoviética.

Yanukóvich, que se graduó en Comercio Exterior en 2000, dos años antes de ser nombrado primer ministro, contrasta con sus rivales naranjas por su escasa facilidad de palabra, lo que le ha causado no pocos quebraderos de cabeza.

Durante un mitin electoral en Lvov, la capital del oeste nacionalista, Yanukóvich definió a sus habitantes como "los mejores genocidas del país", al confundir ese término con el de "genofondo" (reserva genética de la nación).

Sus detractores resaltan los aspectos oscuros de su biografía, como las condenas por asalto y agresión por las que fue sentenciado a penas de prisión en 1967 y 1970.

Además, a comienzos de 2006 fue abierta una investigación contra varios jueces por presunta falsificación de documentos para anular los antecedentes penales del político. EFE

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