martes, 9 de febrero de 2010

Vodka ruso por las elecciones de Ucrania

Con vodka habrán brindado en el Kremlin por el veredicto de las elecciones de Ucrania. La victoria de Víctor Yanukovoich, el derrotado primer ministro ruso por la "revolución naranja" que en l994 abrió la deriva ucraniana a Occidente, abre la certeza de que aquel cambio puede quedar abortado, y por consiguiente supone un respiro para las aprensiones rusas por la creciente influencia del atlantismo en Ucrania.

El país aparece políticamente partido en dos, entre la parte oriental –el granero de votos para Yanukovich– y la occidental, donde brotó la “revolución naranja”, que durante seis años ha sacudido el esquema geopolítico de Moscú y, de otro punto, alentado las represalias rusas contra los ucranianos cada vez que ha surgido un desacuerdo entre las dos partes a propósito de los precios del gas; castigos sustanciados en cortes de suministros, siempre en lo más crudo del severo invierno en esos espacios de la Europa Oriental.

Timoshenko asegura que va a vender muy cara su derrota, y que peleará el resultado de las elecciones en los tribunales, hasta el último voto, pero esta vez parece improbable que vuelva a repetirse lo que sucedió en 2004.
Hace seis años, el vencedor de ahora, que entonces triunfó teóricamente en el primer recuento, hubo de reconocer después que se había producido fraude.

Ahora, en cambio, los observadores de la Organización para la Seguridad y Cooperación Europea han calificado los comicios de “impresionante demostración” de democracia, al tiempo que han pedido a los dirigentes políticos que favorezcan una pacífica transición de poder. Lo contrario supondría un obstáculo añadido para la difícil tarea de sacar al país de la ruina.

Aunque Yanukóvich se ha mostrado partidario de continuar con el acercamiento a la UE y de promover un tratado de libre comercio con los Veintisiete, queda claro que, con su victoria, Rusia recupera gran parte de la hegemonía perdida en la zona. El primer resultado tangible se sustanciará en el rotundo abandono de los planes de Ucrania para integrase en la OTAN.

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