Cinco años después de la «revolución naranja», Ucrania decide hoy entre el europeísmo de Julia Timoshenko, actual jefa de Gobierno, y los planes del ex primer ministro Víctor Yanukóvich, cuya victoria fraudulenta en 2004 provocó una movilización popular contra las injerencias rusas en la política nacional. Mientras que Bruselas y Washington se mantienen al margen de estos comicios, Moscú no ha dudado en manifestar su apoyo a Yanukóvich, muy cuestionado por los electores, pero favorecido por el descontento generado por una crisis económica con la que ha tenido que lidiar Timoshenko. Arriba, preparativos en un colegio electoral de Kiev. _ Internacional
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