viernes, 5 de febrero de 2010

Botas contra votos

No es el último grito hortera en materia de moda. Ni siquiera el enésimo ejemplo exacerbado del patriotismo yanqui. Todo lo contrario. Son moscovitas quienes lucen las rojiblancas y estrelladas botas de la imagen. Lo hicieron ayer frente a la embajada de Ucrania en Moscú. No tuvieron suficiente con lucir pancartas y carteles. Su protesta incluyó botas contra votos, su peculiar forma de pedir que, en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de pasado mañana en Ucrania, no se apoye a la actual primera ministra, Yulia Timoshenko, la mujer de pelo trenzado. Los miembros del movimiento juvenil del Kremlin, 'Nashi' (Los nuestros), los embarrados manifestantes, consideran que esto significaría apoyar las «políticas pro-americanas» de Víctor Yúshenko, el presidente saliente. El hombre despeinado y de gesto serio de las espinillas izquierdas, para más señas.Botas contra votos
No es la primera vez que el calzado sirve para una protesta. Recuerden si no el zapatazo que un veloz Bush esquivó en plena rueda de prensa en Irak, ese mocasín convertido luego en afamado protagonista de infinidad de minijuegos en Internet para escarnio del ex presidente. Si eres original, sales en la foto. Como los 'marcianos' de Greenpeace, los ecologistas que no dudaron en embadurnarse de verde y colocarse antenas para protestar en la reciente Cumbre de Copenhague. Los de las botas también lo han logrado. Y, por los resultados de la primera vuelta, parece que también se saldrán con la suya: el opositor pro-ruso Viktor Yanukovich logró el 32% de los votos en la primera vuelta. Pisando fuerte.

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