Moscú, 15 nov (EFE).- Rusia y la Unión Europea (UE) firmarán este lunes en Moscú un acuerdo de prevención y gestión de posibles crisis de suministro energético, mientras impulsan, cada una por su cuenta, el tendido de dos gasoductos rivales, South Stream y Nabucco.
Los responsables de Energía comunitario, Andris Piebalgs, y ruso, Serguéi Shmatkó, suscribirán un acuerdo sobre el llamado "mecanismo de alerta temprana" para la prevención de cortes en el suministro de hidrocarburos rusos que periódicamente sufre el continente europeo.
El memorando tiene como objetivo "garantizar el suministro energético estable e ininterrumpido, así como prevenir y superar con consecuencias negativas mínimas las situaciones de emergencia en el campo de la energía", señaló hoy el Ministerio ruso de Energía.
Bruselas propuso tales mecanismos de alerta en respuesta a los cortes de suministro de gas ruso que los países de la UE han sufrido en los últimos años, debido a conflictos comerciales entre Rusia y los países de tránsito vecinos, Ucrania y Bielorrusia.
Mientras, Moscú sugiere a la UE que, para elevar su seguridad energética, incluya entre sus prioridades el proyecto ruso South Stream, destinado a llevar gas a Europa evitando el territorio ucraniano, por donde ahora pasa el grueso de exportaciones de Rusia.
Este proyecto del Kremlin compite con el europeo Nabucco, apoyado por Estados Unidos y destinado a llevar gas de Asia Central y el Caspio a Europa a través del Cáucaso, eludiendo territorio de Rusia.
Precisamente, Moscú concluyó la víspera la concertación del itinerario del South Stream, al firmar un acuerdo sobre el tendido y explotación del correspondiente tramo nacional con Eslovenia, como ya hizo con Bulgaria, Serbia y Hungría, así como con Grecia.
De esta forma, el gasoducto, en el que la compañía rusa Gazprom coopera con la italiana Eni, alcanza por dos puntos la costa adriática para llegar a su principal cliente, Italia, aunque podrá tener ramificaciones a otros países interesados.
"El acuerdo con Eslovenia sentó el último eslabón que faltaba para que el proyecto se hiciera realidad, pues hemos conseguido alargar el South Stream hasta Italia, su principal destinatario", explicó un funcionario de Gazprom a la agencia Interfax.
El South Stream, con un coste de 8.600 millones de euros, deberá bombear primero 30.000 millones y luego 63.000 millones de metros cúbicos de gas anuales de Rusia a Bulgaria, a través del mar Negro, y luego a los Balcanes y otras zonas de Europa.
Moscú planea que el gasoducto, ideado como una alternativa a la ruta ucraniana, empiece a funcionar el 31 de diciembre de 2015 e invita a sumarse al proyecto a otros países interesados como Austria, Croacia y Bosnia-Herzegovina.
Austria, aunque firme partidaria del proyecto Nabucco, adelantó esta semana tal posibilidad, al declarar su canciller, Werner Faymann, que el South Stream ofrece una oportunidad adicional de diversificar las fuentes de suministro energético a Europa.
Esta misma tesis la esgrime el primer ministro ruso, Vladímir Putin, promotor de ese gasoducto, quien no cesa de seducir a Europa con las ventajas que ofrece su participación en tan "importante proyecto energético multilateral de carácter paneuropeo".
Putin ya propuso a Italia y Turquía negociar sin demora el tendido de un segundo canal, South Stream-2, para aumentar la capacidad de trasiego y prolongar el gasoducto hacia Israel, Líbano y Siria.
Por su parte, Nabucco recibió un fuerte impulso en julio pasado cuando cinco de sus participantes -Austria, Hungría, Rumanía, Bulgaria y Turquía- suscribieron un acuerdo intergubernamental para ponerlo en marcha, mientras el sexto, Alemania, no firmó por no ser país de tránsito.
Nabucco podría comenzar a funcionar en 2015 y, cinco años después, transportaría 31.000 millones de metros cúbicos de gas anuales (un 5% de la demanda de la UE prevista), procedentes de Azerbaiyán, Turkmenistán, Uzbekistán y, más adelante, Irán e Irak.
Este proyecto está bastante avanzado desde el punto de vista técnico, con el inicio de las obras previsto para 2011 y un coste de unos 9.000 millones de euros, buena parte del cual estaría dispuesto a financiar el Banco Europeo de Inversiones.
El presidente azerbaiyano, Ilham Alíev, confirmó hoy que su país y Turkmenistán tienen suficientes reservas de gas para llenar el gasoducto europeo, pero instó a la UE a resolver cuanto antes todos los problemas relativos a la financiación del proyecto y el tránsito del carburante, que calificó de "principal obstáculo".
Subrayó que Azerbaiyán percibe este proyecto como parte integrante del llamado Corredor del Sur, una especie de "ruta de la seda energética" ideada por la UE para recibir gas y crudo del Caspio, Asia Central y Oriente Medio y reducir su dependencia de Rusia.
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