lunes, 28 de septiembre de 2009

Pendientes de Shevchenko

La derrota más grave que ha sufrido el Barça en 54 años de competiciones europeas en el Camp Nou tiene un responsable. Se llama Andrei Shevchenko y mañana vuelve al escenario donde perpetró su mayor gesta como futbolista. Aquel lejano 5 de noviembre de 1997, con apenas 21 años, marcó tres goles en el primer tiempo y el Dinamo de Kiev venció por 0-4. Shevchenko salió del estadio catapultado al estrellato, del mismo modo que Vítor Baía, la víctima en la portería azulgrana, quedaba sepultado para siempre.

Shevchenko enfila el camino de su retirada hacia la que fue la casa donde nació como futbolista. El Dinamo ha acogido con los brazos abiertos al hijo pródigo con la esperanza de disfrutar de los últimos días de aquel delantero letal y de exprimir su olfato goleador. Y de eso está pendiente el equipo ucraniano, momentáneo líder del grupo. Shevchenko tuvo que retirarse el pasado viernes durante el partido de Liga ante el Zarja Lugansk por un codazo que sufrió en la nariz cuando iba a rematar un centro. Se marchó ensangrentado y tuvieron que aplicarle seis puntos en el rostro. Al parecer, no sufrió ninguna fractura ósea, pero su concurso en el encuentro pende de un hilo.

Retirada sobre el césped

Si está mínimamente recuperado, Shevchenko celebrará mañana sus 33 años en el césped del Camp Nou. Ha regresado a Kiev para cerrar una brillante carrera. Y para hacerlo sobre el césped, no como un vulgar suplente. Esas eran las perspectivas que le había dibujado Carlo Ancelotti en el Chelsea a finales de agosto. Más allá de la cuestión sentimental, del valor deportivo que supone tener a Shevchenko en el equipo (más de 290 goles como profesional en 570 partidos, Balón de Oro-2004), hay un componente también mediático en el regreso de Shevchenko. El Dinamo, el eterno gigante futbolístico de Ucrania, ve ensombrecida su supremacía por el Shakhtar Donetz, el último campeón de la UEFA. Pero Shevchenko ha devuelto la ilusión.

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