martes, 14 de abril de 2009

La crisis económica empuja a Ucrania al borde de la bancarrota

Epizentr", uno de los mayores mercados de productos para la construcción de Kiev, está haciendo estos días un gran negocio pese a la grave crisis económica. Los clientes compran semillas y esquejes para las parcelas de sus casas de vacaciones.

Kiev.- "Menos mal que por lo menos nos queda este pedazo de tierra. Ahora tenemos que autoabastecernos", dice Tatiana. La vendedora en una tienda de productos electrónicos recibe desde diciembre sólo la mitad de su sueldo, y además con retraso. Su marido está desempleado desde hace seis meses. El sueldo medio ucraniano es de unos 170 dólares (130 euros) al mes.

Ucrania es junto a Hungría y Serbia el país que más gravemente se está viendo afectado por la crisis en Europa. La divisa nacional, la grivna, ha perdido desde octubre la mitad de su valor con respecto al dólar. El número oficial de desempleados supera el millón (de 2,6 millones de habitantes), mientras el producto interno bruto (PIB), se ha contraído en un 25 por ciento en los dos primeros meses de 2009 en comparación con el mismo periodo del año pasado.

El Estado está al borde de la bancarrota y ha solicitado ante el Fondo Monetario Internacional (FMI) un segundo crédito por 12.400 millones de euros (16.500 millones de dólares), después de que en otoño (boreal) ya se le prometieron 16.400 millones de euros (21.800 millones de dólares).

Sin embargo, las disputas políticas internas en Ucrania obstaculizan la rápida concesión de los nuevos fondos. El FMI ya vinculó el primer crédito a estrictas condiciones: el superávit presupuestario de 2009 no puede superar el tres por ciento del PIB; se deben recortar los sueldos a los funcionarios públicos y llevar a cabo una reforma de la compañía estatal de gas Naftogas.

Los dos últimos puntos no han conseguido aglutinar todavía la mayoría necesaria en el Parlamento. Pero el FMI se ha mostrado dispuesto a abonar a Ucrania el segundo plazo del primer crédito y anunciado nuevas negociaciones con Kiev.

La mayor agrupación opositora, el Partido de las Regiones, del ex jefe de gobierno Viktor Yanukovich, ha bloqueado una y otra vez un acuerdo en el Parlamento. Pero también las constantes discusiones entre la primera ministra Julia Timoshenko y el presidente Viktor Yuschenko, los líderes de la revolución pacífica de 2004, dificultan compromisos en cuestiones políticas importantes.

Para enfado del presidente, Timoshenko busca alianzas con la oposición en su contra. Así, por ejemplo, la primera ministra acordó con la oposición adelantar las elecciones presidenciales de enero de 2010 a 2009, en momentos en los que apenas se atribuyen a Yushtshenko posibilidades de ser elegido por un segundo mandato. Sus valores en los sondeos se encuentran desde hace meses por debajo del cinco por ciento.

Los partidos del líder opositor Yanukovich y de la jefa de gobierno Timoshenko negocian acerca de la posibilidad de que sea el Parlamento el que en el futuro elija al presidente. Para ello se tendría que llevar a cabo una reforma constitucional, para lo que sería necesario una mayoría de dos terceras partes, es decir, 300 escaños parlamentarios.

El partido de Timoshenko y la oposición disponen juntos de 331 de los 450 asientos de la Cámara, mientras que también parte de los comunistas (27) y del bloque Litvin (20) podrían apoyar una reforma del sistema político.

En una demostración de fuerza, la oposición llevó a principios de abril por segunda vez consecutiva a miles de opositores a Kiev. Según el partido de Yanukovich, unas 50.000 personas protestaron en la Maidan Nezalezhnosti, la plaza de la Revolución Naranja, así como ante la sede del gobierno.

La pareja de Kiev que visita el mercado de productos para al construcción afirma no tener tiempo ni comprensión para protestas así. "Nuestros políticos tendrían que concentrarse en gobernar y dejar a un lado sus disputas personales", dice Tatiana

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