martes, 14 de abril de 2009

"La liberalización del sistema eléctrico ha traído el caos"

María Teresa Domínguez preside el Foro Nuclear desde abril de 2008. Su misión es ingrata: combatir la mala imagen de una energía instalada entre los peores fantasmas del subconsciente colectivo y convencer a todos -ciudadanos, Gobierno- de que más centrales implican también más fortaleza para España.

-La nuclear asusta porque es invisible. Lo dice la presidenta del Consejo de Seguridad.

-No somos conscientes de que estamos inmersos en una pura radiación. Tenemos radiaciones internas y unas 12.000 desintegraciones por segundo. La radiación es la gran desconocida y por eso a la gente le da miedo. Con más información, la consideraríamos más natural. Al igual que con la temperatura y el viento, podrían poner anuncios en la calle con el nivel de radiación. Estaríamos más habituados a asumirla.

-Alguno de sus compañeros del Foro lamentan que la nuclear parezca la oveja negra del sector energético español.

-Quizás no hemos sabido realzar su valor. En España comenzamos con la nuclear en los años 60, casi cuando empezaba en países desarrollados como Francia o EEUU. Fuimos capaces de importar esa tecnología y diseñar un programa nuclear muy importante. Hemos creado unas centrales con los niveles más altos de resultados. Aún hoy día, cuando preguntas a la gente de dónde cree que viene la energía eléctrica, muchos responden que del sol. En el fondo, no hemos explicado los grandes beneficios que tiene la nuclear y el brillante programa emprendido en España. Los medios y los políticos han sido mucho menos problemáticos.

-Cuénteme su hoja de ruta.

-En 1988, al acabar la última central, la situación era óptima. Teníamos un 30% de nuclear; un incremento de potencia por encima de la demanda con un margen del 30% (no había problemas de suministro); un mix muy confortable con nuclear, hidráulica, sin problemas de emisiones. Con la liberalización del sistema eléctrico ha llegado el caos. Había gas y hemos instalado 22.000 Mw. Hubo primas para las renovables y hemos instalado renovables. La situación del sistema eléctrico es un poco inestable desde varios puntos de vista: tenemos demasiada dependencia y ésta ha crecido en la medida en que el porcentaje de nuclear ha bajado. Dependemos más del gas y todos sabemos lo que ha pasado [precios, pugna Rusia-Ucrania]. Hemos promovido las renovables, algo absolutamente obligatorio, pero sin una buena planificación. Todo eso nos ha llevado un déficit tarifario grande y una factura energética muy elevada. Elevar la nuclear al 30% sería óptimo.

-No ha hablado de ampliar el parque de centrales.

-La primera fase sería conservar las que hay si el Consejo de Seguridad opina que funcionan bien. ¿Para qué crear más problemas de los que tenemos? Son activos muy válidos de generación de energía. A partir de ahí, suponiendo que el parque prolongue su vida útil al menos 20 años, incorporar nuevas unidades.

-¿Cuánto cuesta llegar a esa cuota ideal del 30%?

-Ese extra del 13% supone instalar 10.000 Mw, que son entre siete y diez unidades más… Cada unidad de 1.000 Mw son 4.000 millones de inversión, pero ese desembolso sería abordable por las eléctricas. El 86% de esa inversión repercutiría en la industria española: son inversiones que no se van fuera como pasa con el gas. Se traducirían en empleo, en promoción industrial, en recuperar empresas que no tenían suficiente mercado.

-Más miedo colectivo. ¿Qué hacemos con los residuos?

-Han estado perfectamente planificados desde el principio. Se creó Enresa, una empresa específica para gestionarlos. Decidimos llevarlos al Cabril, que es una instalación modélica. En cuanto al combustible (residuos de alta intensidad), del que por cierto sólo hemos aprovechado el 6%, decidimos almacenarlo en Francia y no reaprovecharlo. Francia, sin embargo, reprocesa y reutiliza parte de esa energía, con lo que optimizas mucho el ciclo. Quizás debamos plantearnos seguir ese ejemplo.

-¿Dónde se ubicará el almacén al que volverán esos residuos franceses?

-No tengo idea del emplazamiento y eso está muy bien, porque implica que no hay que hacer grandes cosas y a la vez es un buen ejemplo de que se trata de una instalación sencilla. Sólo necesita que un pueblo ponga un terreno a disposición del almacén. No hay más requisitos que esos. Espero que haya alcaldes inteligentes. Si yo fuera alcaldesa, me pondría a la cola… El pueblo que lo aloje tendrá una instalación tecnológica de mucho interés.

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