Moscú, 26 mar (PL) La Cancillería rusa consideró hoy un paso inamistoso la firma de un convenio entre Ucrania y la Unión Europea (UE) para una eventual modernización del Sistema de Transportación de Gas (STG).
Lo que sucedió en Bruselas lo examinamos como un paso inamistoso por parte de la UE y de Ucrania con respecto a Rusia, aseveró el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Andrei Nesterenko.
Indicó en rueda de prensa que esos acontecimientos muestran la incapacidad de la parte ucraniana de cumplir con acuerdos suscritos. Lamentablemente se alcanzan los acuerdos, pero no siempre se cumplen, subrayó el diplomático.
Al abordar la problemática a pedido de los periodistas, Nesterenko reiteró la disposición de Rusia a dialogar con Ucrania en cualquier tema, siempre bajo el principio de respeto mutuo, acotó.
El gobierno ucraniano firmó en Bruselas el pasado lunes una declaración conjunta con la UE, en la que no se hace alusión alguna a Rusia como principal proveedor de gas a ese país y al continente europeo.
Como reacción el primer ministro ruso, Vladimir Putin, tildó el acuerdo de poco serio y falto de profesionalismo, y advirtió que de no tomarse en cuenta los intereses de su país, Moscú revisaría las relaciones con Europa.
Analistas vaticinan con este nuevo roce eventuales tensiones en los vínculos con la UE y posibles desequilibrios en el suministro de carburante para los clientes ucranianos y europeos.
Tras expresar reservas con dicho documento, el presidente Dmitri Medvédev anunció al siguiente día la suspensión de las consultas intergubernamentales entre Moscú y Kiev, hasta tanto se aclaren las consecuencias de ese pacto para Rusia, según dijo.
El portavoz de la cancillería informó, sin embargo, que el gobierno ruso analiza la solicitud ucraniana de un crédito de cinco mil millones de dólares.
Confirmó que recibieron el pedido sobre el empréstito y que lo examinan en estos momentos.
Sobre el particular Putin acusó a la UE de dilatar la decisión de prestar asistencia financiera a Ucrania, como la mejor forma de solucionar las dificultades económicas, y entre otras cuestiones, la modernización del sistema de gasoductos.
Existen, dijo, algunos interesados en privar a Ucrania de su STG aprovechándose de las consecuencias de la crisis económico-financiera en esa nación centroeuropea.
Construido en 1974, el STG es uno de los más grandes e importantes del mundo con una extensión de 38 mil 200 kilómetros, y necesita una remodelación calculada en unos tres mil millones de euros.
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