jueves, 14 de agosto de 2008

Panorama: La CEI tras la salida de Georgia

El presidente de Georgia, Mijaíl Saakashvili, anunció este martes que su país abandona la pos-soviética Comunidad de Estados Independientes (CEI), surgida tras la desintegración de la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en diciembre de 1991.
La CEI, con sede en Minsk (Bielorrusia), estaba integrada hasta hoy por doce repúblicas de la antigua URSS: Rusia, Ucrania, Bielorrusia, Moldavia, Azerbaiyán, Armenia, Kazajistán, Uzbekistán, Kirguizistán, Tayikistán, Turkmenistán y la ahora cesante Georgia.
La Comunidad fue una idea del presidente ruso Boris Yeltsin que cobró realidad el 8 de diciembre de 1991, fecha de su fundación por la Federación Rusa (Rusia), Bielorrusia y Ucrania.
Las restantes repúblicas se sumaron a la iniciativa el 21 de diciembre, excepto Georgia, que lo hizo el 23 octubre de 1993 y Moldavia, el 8 abril de 1994.
Sólo quedaron fuera las tres bálticas: Letonia, Estonia y Lituania, reacias a cualquier vínculo con la CEI.
Liquidado el Estado soviético fue así abonado el terreno para el nacimiento de la CEI, capitaneada por Rusia.
Crisis de identidadEste bloque comercial y de cooperación internacional, con una superficie de 21.545.539 kilómetros cuadrados, coordina el comercio, la seguridad, las finanzas y leyes de sus países miembros, pero no constituye un Estado, ni tiene una ciudadanía ni un presupuesto comunes.
Su máximo cargo es, a modo de presidente de la unión, el de secretario ejecutivo, que desde 2007 ejerce el ex jefe del espionaje militar ruso Serguéi Lébedev.
El paso del tiempo ha mostrado una crisis de identidad en su seno, que ofrece una imagen de la CEI más parecida a un organismo virtual donde desuniones, intereses reñidos y conflictos abiertos o latentes entre sus miembros ponen en peligro a la misma Comunidad.
En los últimos años se ha hecho patente la división en sus filas. Por un lado, se halla el grupo pro-ruso, constituido por Armenia, Kirguizistán, Bielorrusia, Kazajistán, Tayikistán y Uzbekistán, y por otro, el polo opuesto, integrado por Ucrania, Azerbaiyán, Moldavia y Georgia. Turkmenistán, que cambió su estatus por el de asociado en 2005, se considera neutral.
Diferencias recurrentesLos presidentes de los doce países pertenecientes a esta asociación se han reunido en numerosas ocasiones para tratar de fijar las normas de convivencia y cuestiones de orden internacional, además de otras de su propio ámbito, como la reforma interna.
Sin embargo, desde su primera cumbre, celebrada en diciembre de 1991 en Minsk (Bielorrusia), sus miembros dejaron entrever sus diferencias en sus citas prácticamente anuales.
En la reunión de 1993, también en Minsk, sólo siete repúblicas suscribieron sus estatutos fundacionales. En esa ocasión no lo firmaron Ucrania, Turkmenistán, Moldavia, Azerbaiyán y Georgia.
La cumbre del 28 de noviembre de 2006 acabó en Minsk sin acuerdo en los principales asuntos debatidos: la reforma del organismo y la la delimitación de fronteras entre sus doce miembros.
De hecho, Georgia como Moldavia, Armenia y Azerbaiyán se opusieron a cualquier delimitación que no incluyera en sus respectivos territorios a las regiones separatistas georgianas de Abjasia y Osetia del Sur, y la moldava de Cisdniéster, o el enclave de Nagorno Karabaj que se disputan armenios y azerbaiyanos.
La última cumbre de la CEI tuvo lugar el pasado 28 de febrero en Moscú. A pesar de su carácter informal, la cita fue relevante porque Putin se despidió como presidente ruso de los líderes y presentó a su sucesor, el entonces candidato oficialista Dmitri Medvedev y actual jefe del Estado ruso.
Uno de los temas tratados fue la recién proclamada independencia de Kosovo y el precedente que sienta para los miembros de la CEI con conflictos separatistas.

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