miércoles, 2 de julio de 2008

Polonia-Suecia: el proyecto de asociación con Europa Oriental

Polonia, miembro de la Unión Europea y la OTAN, desempeña un papel destacado en la región centrooriental europea. Varsovia, además, está actuando en el frente regional, aumentando e intensificando sus relaciones con los países bálticos y los países del Este que limitan con las fronteras comunitarias. De la combinación de estos dos enfoques, de naturaleza económica y política, surge la reciente iniciativa del Gobierno polaco que, junto al sueco, pretende aumentar e intensificar sus relaciones con Bruselas y los vecinos orientales, especialmente con los que podrían aspirar a formar parte del sistema comunitario europeo en el futuro.
La creación de la Eastern Partnership (Unión del Este) vuelve a entrar en los planes políticos de Varsovia, que aspira a asumir el papel de protagonista en la región centrooriental de Europa, haciendo de puente entre la Europa de los 27 y los vecinos del Este. El proyecto consiste en crear una asociación especial entre Bruselas y los cinco países orientales, es decir, Ucrania, Moldavia, Georgia, Armenia y Azerbaiyán. Una especie de foro internacional para tratar con mayor profundidad cuestiones económicas, agrícolas, culturales y medioambientales. Se trata, por tanto, de un proyecto que tiene en cuenta las nuevas temáticas que están apareciendo en la agenda política europea y cuya finalidad es crear una zona de libre mercado y circulación. El proyecto, que ya fue presentado a la Comisión Europea, representa la primera iniciativa europea de Varsovia desde su adhesión en 2004. Si el Gobierno de Kaczynski, profundamente euroescéptico, intentó frenar las propuestas europeas, como sucedió con la Constitución Europea, el Gobierno Tusk, que tomó posesión en octubre de 2007, desde el principio manifestó la voluntad de “volver” a Europa, junto a socios históricos como Alemania, con quien sus relacionales parecen haber vuelto a la normalidad.
Objetivos y proridades de la Eastern Partnership
Según las fuentes polacas y suecas, la finalidad del proyecto de la Eastern Partnership, presentado a finales de mayo, es compensar los equilibrios y relaciones europeas. A este objetivo, se añade la voluntad de apoyar y ayudar económica y políticamente a los países que participan en el proyecto, especialmente en su futura o probable adhesión a la UE, aunque aquél no contemple directamente la posibilidad de una nueva ampliación. Condición sine qua non para que estos países puedan beneficiarse a todos los efectos de la Eastern Partnership son las reformas democráticas que sus gobiernos estén dispuestos a aplicar.Así pues, la integración económica y el desarrollo de los instrumentos ofrecidos por la Política Europea de Vecindad constituyen los objetivos fundamentales de esta propuesta.La Eastern Partnership debería referirse a la Política Europea de Vecindad, lo que significaría que la Comisión Europea jugaría un papel determinante y central; algo que no influiría en el presupuesto europeo, que debería ser aplicado utilizando las ayudas para la Política de Vecindad destinadas para el periodo 2007-2013. Por tanto, Varsovia pretende diferenciar la Política de Vecindad de los países del Este de la de los países norteafricanos. Actualmente, el proyecto de asociación estratégica de la UE incluye tanto a los países del Este como a los del norte de África. El proyecto de Polonia y Suecia podría parecer una respuesta a la Unión Mediterránea, aunque, desde el principio, Sarkozy e Tusk manifestaron su voluntad común de cooperar y apoyar políticamente los dos proyectos, que no serían incompatibles, pues tratan temáticas y cuestiones diferentes. En efecto, la finalidad del proyecto francés es solucionar el problema de la inmigración de origen norteafricano, aunque algunos ambientes políticos europeos ven esta iniciativa come un instrumento para impedir la adhesión de Turquía a la UE.Esta propuesta también presenta una aspecto realmente interesante. Algunos de los países a los que está destinado el proyecto polaco actualmente están participando en el plan de energía que anunciaron a la Unión Europea en mayo de 2007, después de la Cumbre de Cracovia, que organizó el Gobierno de Kaczynski. Los presidentes de Polonia, Azerbaiyán, Georgia, Lituania, Ucrania y el viceministro kazako de Energía y Recursos Naturales han firmado una declaración común de cooperación en materia de energía. Este proyecto, que se prevé que comience en 2012, pretende prolongar el oleoducto Odessa-Brody hasta el puerto polaco de Gdansk y las refinerías de PÅ‚ock. Estos países también realizaron un segundo proyecto que, sin embargo, ha sido aplazado: financiar en común la creación de un corredor energético que transporte energía desde Asia Central hasta el centro de Europa pasando por el Cáucaso meridional, es decir, desde Kazajistán y Azerbaiyán hasta Polonia, atravesando Georgia y Ucrania. Así pues, la Eastern Partnership constituiría un punto de apoyo para emprender el plan de energía y lanzaría al panorama europeo a los países implicados. Por lo que se refiere a los países implicados, Kiev sería el primer beneficiario de esta iniciativa, por lo vínculos históricos que le unen a Polonia y el apoyo que le dará la canciller alemana Merkel. Así pues, Ucrania contaría con una iniciativa doble: consolidación de las instituciones políticas, económicas, administrativas y jurídicas y lucha contra la corrupción. Además, debemos recordar que Ucrania ya se beneficia de tres programas de la Política de Vecindad Europea. Se trata del Twinning Project, cuyo objetivo es preparar el proceso de armonización del acervo comunitario; el TAIEX, para modernizar el sistema judicial y el Sigma Program, para consolidar la administración pública.El Gobierno ucraniano siempre ha mostrado gran entusiasmo por el proyecto. Sin embargo, el ministro de Economía, Bohdan Danylyshyn, ha afirmado que no sólo algunos estados miembros, sino Europa entera, deberá apoyar las iniciativas relacionadas con la propuesta polaca. Kiev se siente capacitada para entrar con pleno derecho en Europa. Las estadísticas confirman su optimismo: el 34% del comercio exterior de Ucrania se dirige a Europa y el 70% de sus inversiones extranjeras procede de los países miembros.
Reacciones. UE y Rusia
El proyecto ha sido recibido favorablemente por Bruselas y el actual presidencia de turno, Eslovenia. Durante la cumbre europea de Bruselas, celebrada los días 19 y 20 de junio, los 26 países restantes aprobaron la propuesta polaca. La declaración final de la cumbre insiste en la necesidad de crear, desarrollar y consolidar la cooperación regional entre Europa y los países del Este. Además, la resolución establece que, por el momento, Bielorrusia no participará directamente en el proyecto, aunque podrá enviar un equipo de expertos en calidad de observadores para que colaboren en la creación de la Partnership. Dicha decisión se debe a que el país tan solo es miembro formal de la Política Europea de Vecindad, por lo que aún no ha firmado ningún acuerdo bilateral de cooperación con Bruselas.Bruselas parece menos reacia a este proyecto que a la Unión Mediterránea, especialmente porque la iniciativa de Varsovia y Estocolmo no debería acarrear costes añadidos y nuevas estructuras ad hoc.Actualmente, los países europeos que se muestran favorables son, además de Polonia y Suecia, Alemania, Dinamarca y Reino Unido; mientras que Italia y España se muestran más cautelosos, quizás porque temen que los intereses y las problemáticas europeas se desplacen al Este.Rusia, vinculada a Bruselas a través de la Unión Estratégica, ha sido excluida momentáneamente del proyecto. Varsovia ha querido precisar que el proyecto no se ha concebido para perjudicar a Rusia, y que se incluiría a Moscú en planes de la Política del Este, especialmente los referentes a financiación e inversiones, si manifestara voluntad de dialogar. Moscú ha respondido afirmando que Bruselas no necesita llevar a cabo una nueva política en el Este. Según Medvédev, la política comunitaria debería seguir incrementando sus relaciones bilaterales con cada uno de los posibles candidatos aspirantes a adherirse sin necesidad de instituir una política común y regional. Además de esto, Moscú ha solicitado a los países europeos que impidan que la Eastern Partnership interfiera de cualquier modo en las cuestiones que conciernen a Rusia, a los países del antiguo bloque soviético y a la Comunidad de Estados Independientes. Parece que Moscú teme que el reciente enfriamiento de sus relaciones con Bielorrusia pueda debilitar las relaciones de vecindad, pero, sobre todo, pueda permitir que Polonia, que cuenta con el apoyo de Polonia y Berlín, revista un papel importante en la marcha del Estado bielorruso, que está manifestando voluntad de acercarse a Occidente.
Conclusiones
El ministro de Asuntos Exteriores polaco, Sikorski, ha declarado que esta iniciativa se convertirá en el tema fundamental de la presidencia polaca del año 2011. Así pues, se trata de un proyecto muy importante y ambicioso: jugar bien la carta de la política regional podría reforzar el papel de Varsovia dentro de la Unión Europea, devolver credibilidad a Varsovia y eliminar todo rastro de euroescepticismo de los Kaczynski.El Gobierno Tusk, fortalecido por el apoyo de Alemania y Francia y el beneplácito de Europa, se muestra confiado. Con todo ello, Varsovia tendrá que tratar con habilidad cualquier tipo de reacción de origen ruso.Traducción de Paula Caballero Sánchez

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