viernes, 6 de junio de 2008

Rusia debe definir sus relaciones con Europa

Para desgracia de los propios rusos, el territorio que tienen es demasiado grande, inmenso para ubicarse en un solo continente. Ahí están, en Europa y Asia, divididos los continentes por los Montes Urales. Rusia se expandió por siglos y ahora afronta el dilema de encontrar una identidad continental, que por décadas no preocupó a los residentes del Kremlin. Ya a inicios de la década de los años noventa del siglo pasado, comenzaron los primeros pasos de acercamiento de los europeos a Rusia, en materia de cooperación y asistencia técnica.
La Unión Europea y en especial Alemania, son los principales socios comerciales de Rusia. Ahora se tiene programada una reunión cumbre entre la entidad continental y Rusia para los días 26 y 27 del corriente mes de Junio en una lejana región de la Siberia. La última fue en el 2005 y quedaron muchas interrogantes que no se han resuelto. El tema de los visados y la devolución por parte de Rusia de kilómetros de territorios ocupados a Letonia permanecen abiertos, aunque en Moscú prefieren cerrar los debates.
Esta vez, aparte de los habituales discursos para clamar por un afianzamiento de la cooperación y buscar las cuestiones que une y dejar a un lado lo que desune, en esta ocasión los europeos se enfrentan a nuevas realidades. Líderes políticos y eurodiputados desean un acercamiento con Rusia, pero verdadero, capaces de que en un futuro (no importa si lejano o cercano) conduzcan a Moscú hacia Bruselas.
Claro que esa no es la intención de muchos rusos, ellos prefieren seguir siendo el centro de Eurasia, sin compromiso de integración con la Unión Europea y mantener esa política de coqueteo con Asia (entiéndase China) que les permite presentarse como árbitros neutrales. Los rusos siempre han apostado por la política de no politizar las relaciones, prefieren, con dinero, gas y petróleo hacer sus relaciones. Para el Kremlin politizar significa que Georgia ponga obstáculos a su ingreso en la Organización Mundial del Comercio, o lo haga Polonia, o Ucrania.
En Moscú no esconden sus mecanismos de política exterior: gas y petróleo. Se sube el precio del gas cuando la situación de un país vecino no es favorable al Kremlin y se da trato preferencial cuando el mandatario de la nación colindante favorece los intereses rusos. Esa es una vieja política que ha dado resultado a los rusos y no parecen dispuestos a cambiarla. En Moscú, de visita ...
para preparar la cita, estuvo durante dos días la comisaria europea de Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, y en sus encuentros con los funcionarios del Kremlin fue clara y precisa: la política rusa hacia Georgia amenaza la estabilidad del Caúcaso.
El aumento de tropas rusas, bajo el título de fuerzas de paz, en la región separatista de Abjasia debe de estar en la agenda de trabajo de los europeos y el derribo de una nave georgiana no piloteada preocupa a los europeos. Una salida a la crisis que presenta la UE es la modificación del contingente militar ruso en el Caúcaso. Para ello esta visitando Georgia y Abjasia Javier Solana, Alto Representante para Política Exterior y Seguridad.
Los mismos europeos han impulsado el encuentro entre el mandatario georgiano Mijail Saakashvili y el nuevo presidente ruso, a celebrarse este fin de semana en la norteña ciudad de San Petersburgo. No faltan gestos de acercamiento y buena voluntad por parte de los vecinos. Días antes de la reunión cumbre Rusia-UE, han inaugurado en Bruselas el salón de prensa del Parlamento Europeo, que fue bautizado con el nombre de Anna Politkovskaya.
El ejemplo de la periodista rusa, que se destacó por la constante denuncia de las violaciones a los derechos humanos en Rusia, de las atrocidades del ejército durante el conflicto en Chechenia no es olvidado en Europa. Todo lo contrario sucede en Rusia, donde las autoridades liberaron esta semana a un ex funcionario chechenio, sospechoso de ser cómplice en el asesinato. Portavoces de la fiscalía rusa se apresuraron a declarar que la liberación no significa el fin de las investigaciones. Numerosas organizaciones internacionales han denunciado la falta de voluntad política y la ausencia de mecanismos judiciales para investigar y hacer justicia en este caso.
La Duma rusa no se preocupa por ese crimen, a diferencia de los diputados de la Alianza de los Liberales y Demócratas por Europa que presentó la moción y fue aprobada en el mes de enero pasado. Lo más probable es que nada cambie tras la cumbre. Rusia seguirá amenazando a sus vecinos y ellos buscando apoyo continental e internacional para hacer valer sus derechos.

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