viernes, 6 de junio de 2008

Presidente ruso encara tenso diálogo con homólogos georgiano y ucraniano

El presidente ruso, Dmitri Medvedev, abordará el viernes con sus homólogos georgiano, Mijail Saakashvili, y ucraniano, Viktor Yuchenko, una serie de tensos diferendos en el Cáucaso Meridional, entre ellos Abjasia, y en las relaciones de Moscú con Occidente.
Medvedev mantendrá estos encuentros bilaterales en el marco de una cumbre en San Petersburgo (noroeste de Rusia) de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) formada por la antiguas repúblicas soviéticas salvo los países bálticos.
Las cuestiones más delicadas de este "bautismo de fuego" diplomático para el nuevo presidente ruso serán la tensa situación en la república separatista georgiana de Abjasia y el estacionamiento en Ucrania de la flota rusa del Mar Negro.
Medvedev se encontrará con Saakashvili y Yuchenko por primera vez desde su llegada al poder el 7 de mayo. "El diálogo será difícil", reconoció el consejero diplomático del presidente ruso, Serguei Prijodko, citado por el diario Nezavisimaya Gazeta.


Saakashvili advirtió el mes pasado que las tensiones entre Georgia y Rusia por Abjasia, que se distanció de Georgia durante un conflicto a principios de los 90 y ahora cuenta con el respaldo del Kremlin, habían estado a punto de provocar una guerra entre los dos países.
Antes del encuentro, el presidente georgiano afirmó que pediría a Medvedev que revoque una orden firmada en abril por su predecesor y actual primer mininistro, Vladimir Putin, destinada a estrechar los lazos económicos entre Rusia y la separatista Abjasia.
Mientras los dos hombres debían reunirse en San Petersburgo, el jefe de la diplomacia europea, el español Javier Solana, se encontraba con el líder separatista de Abjasia, Serguei Bagapsh, en un intento por rebajar la tensión.
Solana, Alto Representante de la Unión Europea para la Política Exterior y de Seguridad Común, ya se había reunido el jueves en Georgia con Saakashvili.
La tensión en torno a esa región secesionista georgiana no ha dejado de aumentar desde que Moscú anunció en abril que establecía relaciones formales con los independentistas y envió a Abjasia a cientos de soldados adicionales en el marco de una fuerza de mantenimiento de la paz.
También se anuncia complicado el diálogo con el presidente de ucraniano, cuya coalición gubernamental se vio debilitada el viernes tras perder mayoría absoluta en el Parlamento a causa de la defección de dos de sus diputados.
Moscú está irritado por un decreto firmado a finales de mayo por Yuchenko pidiendo la preparación de una ley sobre el "cese en 2017 de los acuerdos internacionales" que hacen del puerto de Sebastopol, en Ucrania, la base de la marina rusa en el Mar Negro.
Medvedev ya había advertido la semana pasada al presidente ucraniano contra "decisiones unilaterales que contradicen los acuerdos firmados".
Detrás de estos conflictos yace la voluntad de Georgia y Ucrania por entrar en la OTAN, cuestión que preocupa a Moscú.
Si continúa la ampliación de la OTAN hacia el Este, "nuestras relaciones se verán socavadas, afectadas de manera radical durante mucho tiempo", advirtió Medvedev el jueves en Berlín durante un discurso ante la Sociedad Alemana de Política Exterior.
"Es poco probable que haya avances serios" sobre los temas espinosos en los encuentros del viernes, considera sin embargo el politólogo ruso Evgueni Volk de la Fundación estadounidense Heritage. Moscú se mantendrá en sus posiciones y utilizará "la presión energética y militar" contra sus vecinos, considera.
Rusia ha utilizado a menudo la baza energética como media de presión contra Kiev, mientras la creciente presencia de militares rusos tanto en Abjasia como en Osetia del Sur, otra república independentista, preocupa seriamente a Tiflis.

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