martes, 13 de mayo de 2008

Moldavia: ¿Transnistría se puede sacrificar en las relaciones políticas entre Moscú y Chisinau?

La reconciliación entre Moscú y Chisinau parece destinada a abrir un nuevo, y quizás definitivo, capítulo en los acontecimientos de la no reconocida República Socialista Soviética Moldava de Transnistría. El tradicional aliado ruso empuja a Tiraspol (la capital de la autoproclamada República de Transnistría) al diálogo liderado por Moldavia, para llevar a cabo la tentativa de realizar una operación “anti-Kosovo”, que reafirmaría la posición de Moscú como árbitro y necesario intermediario en el espacio post-soviético. En Chisinau, el Partido Comunista Moldavo del gobierno comienza a temer una disminución del consenso al acercarse las elecciones del 2009 y ve en la solución de la cuestión transnistriana el elemento crucial para volver a adquirir credibilidad conservando así la mayoría en el Parlamento. Entre dos campos de actuación, Tiraspol se ve obligado a poner buena cara ante el juego sucio, mientras se restringen sus márgenes de actuación política.

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