Moscú, 24 ene (PL) Rusia y Ucrania zanjaron hoy las discrepancias en torno al inventario de las propiedades de la Flota del Mar Negro, dislocada en territorio del vecino país desde la época soviética, informó una fuente diplomática.
Corresponde, según el compromiso alcanzado, a inventariar los objetivos que se encuentran bajo administración rusa, dijo el vicecanciller Grigori Karasin.
Karasin encabezó por la parte rusa las negociaciones celebradas este jueves en Moscú junto con su colega ucraniano Kontantin Yeliseev, como antesala de la segunda comisión intergubernamental de alto nivel prevista para el 15 de febrero.
El diplomático detalló que expertos de ambos estados dieron el visto bueno a la metodología que emplearán en el inventario de las propiedades de la Flota rusa del Mar Negro, incluidas en añejados reclamos por parte de Kiev, en los últimos tres años.
Según el vicecanciller, el proceso se realizará escalonadamente en febrero y marzo por un plan acordado durante las pláticas.
Otra discrepancia tiene que ver con las intenciones del gobierno ucraniano de incrementar el costo del arrendamiento por el enclave naval en Sebastopol, península de Crimea, lo cual significaría una violación de los acuerdos suscritos al respecto, según alega Moscú.
El representante del Kremlin en las negociaciones puntualizó que el costo y el plazo de permanencia están claramente reflejados en el convenio gubernamental y como cualquier tratado internacional está sujeto a un irrestricto cumplimiento.
Yeliseev llamó a lograr tan pronto como fuera posible un compromiso mutuamente ventajoso en torno a esas cuestiones para evitar menos especulaciones y provocaciones sobre el futuro de los faros y otras instalaciones de navegación en la zona, en litigio ruso-ucraniano.
Según trascendidos de prensa, Ucrania alistaría para Rusia un nuevo ultimátum alrededor del enclave con un incremento del arriendo de 98 millones a dos mil millones de dólares anuales.
Esta misma semana un tribunal regional ucraniano ordenó la toma inconsulta de la estación de navegación “Mars-75” bajo control de la Flota del Mar Negro, y en respuesta Moscú desplazó infantes de marina para resguardar los objetivos navales en Crimea.
Corresponde, según el compromiso alcanzado, a inventariar los objetivos que se encuentran bajo administración rusa, dijo el vicecanciller Grigori Karasin.
Karasin encabezó por la parte rusa las negociaciones celebradas este jueves en Moscú junto con su colega ucraniano Kontantin Yeliseev, como antesala de la segunda comisión intergubernamental de alto nivel prevista para el 15 de febrero.
El diplomático detalló que expertos de ambos estados dieron el visto bueno a la metodología que emplearán en el inventario de las propiedades de la Flota rusa del Mar Negro, incluidas en añejados reclamos por parte de Kiev, en los últimos tres años.
Según el vicecanciller, el proceso se realizará escalonadamente en febrero y marzo por un plan acordado durante las pláticas.
Otra discrepancia tiene que ver con las intenciones del gobierno ucraniano de incrementar el costo del arrendamiento por el enclave naval en Sebastopol, península de Crimea, lo cual significaría una violación de los acuerdos suscritos al respecto, según alega Moscú.
El representante del Kremlin en las negociaciones puntualizó que el costo y el plazo de permanencia están claramente reflejados en el convenio gubernamental y como cualquier tratado internacional está sujeto a un irrestricto cumplimiento.
Yeliseev llamó a lograr tan pronto como fuera posible un compromiso mutuamente ventajoso en torno a esas cuestiones para evitar menos especulaciones y provocaciones sobre el futuro de los faros y otras instalaciones de navegación en la zona, en litigio ruso-ucraniano.
Según trascendidos de prensa, Ucrania alistaría para Rusia un nuevo ultimátum alrededor del enclave con un incremento del arriendo de 98 millones a dos mil millones de dólares anuales.
Esta misma semana un tribunal regional ucraniano ordenó la toma inconsulta de la estación de navegación “Mars-75” bajo control de la Flota del Mar Negro, y en respuesta Moscú desplazó infantes de marina para resguardar los objetivos navales en Crimea.
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