El nuevo representante de Rusia ante la OTAN, Dimitri Rogozin, advirtió el jueves a la Alianza Atlántica contra toda "sorpresa" que complique de nuevo sus relaciones, en la cumbre que se celebrará el próximo abril en Bucarest y a la que ha sido invitado el presidente ruso, Vladimir Putin.
Es "extremadamente importante" que durante la cumbre de la OTAN en Bucarest, "no nos encontremos con ninguna sorpresa que complique un poco más la cooperación" bilateral, declaró Rogozin en rueda de prensa en Moscú.
Sus declaraciones suponen la primera reacción de Rusia a la invitación de la Alianza Atlántica, aunque Rogozin se abstuvo de precisar si Putin la había aceptado. Tampoco aclaró qué tipo de "sorpresas" teme Moscú.
Las relaciones entre Rusia y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se han crispado en los últimos meses debido a sus divergencias sobre el proyecto de escudo antimisil que Estados Unidos quiere construir en Polonia y República Checa, la voluntad de Ucrania y Georgia de ingresar en la Alianza o el estatuto de Kosovo.
Rogozin, un político conocido por sus posiciones nacionalistas, insistió en el hecho de que ni Ucrania ni Georgia cumplen con los requisitos para entrar en la OTAN.
Amenazó asimismo con dar una respuesta "adecuada" a estas dos ex repúblicas soviéticas si logran su objetivo.
Entre otras medidas, Moscú impondría entonces un régimen de visados a los ucranianos, muchos de ellos instalados en Rusia por motivos laborales.
Sobre el estatuto de Kosovo, Rogozin instó a Serbia a resistir frente al apoyo de los occidentales a la independencia de esta provincia de mayoría albanesa.
El primer ministro kosovar, Hashim Thaci, afirmó el jueves en Bruselas que la proclamación de la independencia era "una cuestión de días".
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