jueves, 10 de noviembre de 2011

Condenado a un año por dejar su cuenta para que le ingresen dinero robado


10-11-2011 / 11:20 h

San Sebastián, 10 nov (EFE).- Un hombre ha sido condenado a un año por prestar su cuenta bancaria para que unos delincuentes informáticos le ingresaran en ella dinero sustraído mediante una estafa en internet y que luego el procesado envió a Ucrania tras detraer una comisión del 4%.

Según la sentencia del caso, a la que hoy ha tenido acceso EFE, los hechos se remontan a finales de mayo de 2009, cuando el encausado contactó a través de la red con una empresa ficticia que era utilizada por un grupo de delincuentes informáticos que conseguían dinero por el procedimiento del "phising".

Esta técnica consiste en remitir correos electrónicos falsos a clientes bancarios a los que se solicita sus claves operativas con algún pretexto, haciéndose pasar por su entidad financiera, para luego sacar dinero de sus cuentas de forma ilícita.

Este tipo de estafa se puede llevar a cabo asimismo mediante programas informáticos ("malware") que permiten obtener las claves bancarias sin que el usuario se dé cuenta de ello.

A continuación, el imputado puso a disposición de los delincuentes informáticos su dirección de correo electrónico sí como una cuenta que abrió a su nombre en un banco.

El 25 de junio de 2009, los delincuentes informáticos se apoderaron de las claves de banca electrónica de una empresa y accedieron con ellas a la cuenta de la compañía, desde la que ordenaron en días consecutivos sendas transferencias de 2.857 y 2.870 euros a la del acusado, sin que fueran detectadas por el sistema de seguridad del banco.

Seguidamente, el procesado detrajo un total de 280 euros de los ingresos recibidos, hizo efectivo en ventanilla el importe restante y lo remitió a Ucrania en dos remesas a través de una empresa de envíos de dinero por correspondencia.

La sentencia explica que, "al tratarse de un sistema de envíos entre amigos o parientes, orientado a los inmigrantes y turistas y basado en la confianza entre emisor y receptor, basta con presentar un código para recoger el dinero" por lo no ha sido posible indentificar a los destinatarios finales de la remesas.

El texto precisa que, "para evitar las limitaciones de cantidad" de este sistema de envíos, el encausado remitió uno de los envíos a nombre de su esposa, sin que ella tuviera "conocimiento" de la estafa.

La sentencia aclara que el banco afectado indemnizó en su momento a la empresa perjudicada por la cantidad sustraída.

Durante el juicio por estos hechos, el acusado se mostró conforme con la pena que solicitó la Fiscalía en el juicio, por lo que ahora ha sido condenado a un año de cárcel y a pagar una multa de 560 euros como responsable de un delito continuado de receptación, en su modalidad de blanqueo de capitales. EFE

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