martes, 23 de noviembre de 2010

La presunta víctima de proxenetismo asegura que "todavía hoy" tiene miedo a represalias

Una de las presuntas víctimas de proxenetismo, Olena B., ha descrito, durante el juicio celebrado este martes en la Audiencia de Girona, con todo detalle su llegada a España y cómo la engañaron para ejercer la prostitución y de qué manera la coaccionaban para que no se escapara. Entre llantos, ha asegurado: "Todavía hoy tengo miedo de las represalias".

La joven ucraniana, que ha comparecido ante el juez con una larga peluca morena, ha explicado que llegó a España a principios de enero de 2002, pensando que venía a trabajar de camarera en un restaurante regentado por una compatriota. Llegó a Girona con otra de las víctimas y al dejarlas frente al Club Dallas, fue cuando les contaron --los acusados-- que iban a ejercer la prostitución.

"Lo primero que vi fue a una chica semidesnuda, nos dieron ropa transparente y nos dijeron que a trabajar", ha relatado emocionada. Olena ha reconocido sin ningún tipo de duda a los tres acusados, un guardia civil, su mujer y el portero de uno de los clubes. "Son los que tengo sentados detrás de mí", ha asegurado.

La chica ha narrado que ella trabajaba en un bar, y que hacía un año que se había quedado viuda cuando le ofrecieron el trabajo en España. Además, tiene un niño, que en el momento de los hechos tenía tres años y que se quedó con su abuela en Ucrania. "Mi madre y mi hijo han recibido amenazas", ha asegurado.

"Quiero que vayan a la cárcel, yo no podía huir ¿y mi familia qué?", ha contestado la víctima cuando el abogado de la defensa le ha preguntado por qué no escapó, ya que ella disponía de su pasaporte.

Olena también ha comentado que tenía que devolverles el dinero del pasaje y del viaje, que ascendía a 1.500 euros, y que después, por "trabajar poco", la multaron con 3.000 euros más. Además, la chica tenía que darles todo lo que ganaba.

"Estábamos solas, no entendíamos el idioma y nos aseguraron que nos vigilaban las 24 horas", ha dicho. "Si salíamos nos pillaban siempre, yo creo que los porteros o alguien del club les avisaba". La joven ha descrito que incluso un día la amenazaron con romperle la cabeza por ir a la farmacia a buscar "algún medicamento para curar una hemorragia vaginal", un hecho que se ha podido contrastar gracias a una grabación telefónica.

Olena también ha confesado, durante la hora y media de declaración, que "para aguantar la mierda" en la que estaba tenía que drogarse. La víctima ha contado esto después de escuchar una grabación en la que supuestamente llamó a un cliente. "Reconozco mi voz, pero no recuerdo esa llamada, supongo que iba drogada", ha comentado.

Esta mañana, el guardia civil, su mujer y el portero de un local de alterne, acusados de un delito relativo a la prostitución y otro de malos tratos, han negado conocer a las víctimas, pese a que durante el juicio, se han podido escuchar conversaciones telefónicas grabadas. Los tres se enfrentan a una pena de 24 años de cárcel.

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