miércoles, 4 de agosto de 2010

Crecen las críticas a la gestión del desastre mientras el caos avanza

Afectados intentan recuperar lo que queda de sus pertenencias. | Efe

Afectados intentan recuperar lo que queda de sus pertenencias. | Efe

Más incendios, más muertos, más destrucción. La aplanadora de fuego avanza imparable y deja el país más grande del mundo plagado deescenas propias de una guerra: ruinas, residentes desesperados tras perder su casa, tierra quemada y cadáveres de animales. Rusia está en llamas.

Las temperaturas récord y una extrema sequía provocaron los peores incendios de las últimas décadas en el país. Miles de soldados intentan controlar las llamas... hasta ahora sin éxito. El fuego llegó a amenazar este martes el centro de investigación nuclear de Zarov.

Las autoridades reconocen que se trata de una catástrofe nacional. En diversas regiones declararon el estado de excepción. Y el presidente Dmitri Medvedev firmó un decreto para permitir la ayuda extranjera, que ha comenzado a llegar desde Ucrania.

El país afronta una "gran tragedia", dijo el jefe del Kremlin. La ayuda extranjera es un golpe al orgullo de un país al que le gusta presentarse como una potencia productora de materias primas.

Las llamas avanzan; los afectados compran provisiones

Y aun así, muchos observadores creen que la situación es incluso peor de lo que dicen las autoridades. Caritas International comenzó a distribuir ropa, alimentos y artículos de higiene para las víctimas en Voronesh y Zaratov. La organización humanitaria teme que haya más muertos de los más de 40 confirmados oficialmente.

Las cifras difundidas por Defensa Civil sobre incendios y territorios arrasados cambian casi hora a hora. Lo cierto es que las llamas ya han consumido un territorio dos veces más grande que la isla de Mallorca.

Tampoco se han salvado los cultivos: según el Ministerio de Agricultura, el desastre se ha llevado por delante más de 20 millones de toneladas, cerca de una cuarta parte de la cosecha en 2009.

Aumentan las críticas

En la región de Omsk se han vivido las primeras escenas de gente comprando por precaución harina y trigo sarraceno, muy consumido por los rusos. Los precios de muchos alimentos aumentaron un 15 por ciento en una semana, según el diario "Nesavissimaya Gazeta".

El primer ministro, Vladimir Putin, visitó diversas regiones afectadas con el objetivo de cimentar la imagen de un Estado protector y atento a los problemas de su población. El ex presidente prometió que las viviendas destruidas serán reemplazadas con otras nuevas en noviembre, a más tardar.

Pero las críticas a la gestión del desastre siguen creciendo. "¡El Estado tiene la culpa!" ,gritaron al primer ministro varios residentes desesperados durante una visita.

La organización ecologista WWF denunció que la política de protección de bosques seguida por el gobierno fue totalmente fallida. Muchas zonas arrasadas necesitarán al menos una década para regenerarse, lamentó el experto Nikolai Shmatkov. Las llamas también destruyeron la fuente de alimentación para muchos animales.

No hay comentarios: