domingo, 27 de diciembre de 2009

Otras culturas, otras Navidades

El 24 de diciembre celebramos la Nochebuena cenando en familia. El 25 conmemoramos el nacimiento de Jesús con una jornada festiva propia del gran día de la Navidad. El 31 de diciembre despedimos el año tomando uva y de fiesta. Y el 5 de diciembre acaban las celebraciones con la llegada de los Reyes Magos cargados de regalos para los niños. Así transcurre, en general, la Navidad en España.
Pero ésta sólo es una forma de vivirla. Porque hay más Navidades, casi tantas como culturas, religiones o tradiciones.
Los ortodoxos, por ejemplo, celebran el nacimiento de Jesucristo el 7 de enero. La tradición judía, evidentemente, no festeja la Navidad, aunque en estas fechas se celebra el 'Hanuka', conocida como la fiesta de las luces y en la que los niños reciben regalos de la familia. En muchos países europeos los regalos llegan entre el 5 y el 6 de diciembre, festividad de San Nicolás. En Latinoamérica viven la Navidad de forma similar a España, aunque allí los Reyes Magos son sustituidos por Papá Noel.
Esvieta, Mihaela, Raquel y Reyna saben bien que el modo de vivir la Navidad difiere mucho a uno u otro lado de la frontera. Las cuatro abandonaron hace años sus países para asentarse en la provincia de Alicante. Pasarán la Navidad aquí y, a través de la Fundación Elche Acoge, han aceptado la invitación de este periódico para mostrarnos cómo se viven las fiestas en Ucrania, Rumanía, Ecuador u Honduras.
Ninguna de ellas ha regresado a su país con motivo de la Navidad. Su vida está aquí y su familia, también. Reyna Ochoa, hondureña, reconoce que «fue muy duro pasar tres años sin ver a mis hijos, hasta que los pude traer a España». En su país la Navidad se celebra en familia, pero también con amigos y vecinos. «En estas fechas, el que más tiene comparte con el que menos posibilidades económicas tiene», explica Reyna.
Tradiciones culinarias
En Honduras, al igual que en muchos otros países de Centroamérica y Latinoamérica, la comida típica navideña es el nacatamal, un plato compuesto por una base de harina de maíz con cerdo o pollo y relleno de patata, arroz o guisantes. Se come el día de Navidad y de Año Nuevo. También es costumbre tomar montuca -un plato similar al nacatamal a base de maíz tierno y carne de pollo- y beber rompope -un licor preparado con yemas de huevo y leche-.
En este país centroamericano los Reyes Magos no se celebran. Los regalos los trae Papá Noel la noche del 24 de diciembre. «Supongo que es por influencia de los Estados Unidos», explica Reyna Ochoa. Y es que Sus Majestades viajan desde Oriente con un único destino: España.
En un gran número de países europeos los regalos se entregan el día de San Nicolás. Mihaela Bobocescu, rumana, explica que «desde Alemania hacia el este de Europa se celebra la noche de San Nicolás. En Rumanía viene el 6 de diciembre, aunque en algunos hogares también se celebra Papá Noel».
La iglesia ortodoxa rumana celebra el 25 de diciembre y en familia el nacimiento de Jesús. Los niños recorren las casas cantando villancicos (conocidos como colinde) a cambio, según la tradición, de unos caramelos o frutos secos como aguinaldo. Mihaela echa en falta en estos días a la familia, además de «la nieve y los fuegos artificiales, que en mi país se utilizan mucho estos días».
La pólvora también está muy presente en las Navidades de Ecuador, a miles de kilómetros de distancia de Rumanía. Raquel Correa cuenta que «en mi país se disparan muchos fuegos artificiales el 31 de diciembre para despedir el año». Asegura que hay muchas similitudes entre la Navidad española y la ecuatoriana. «Allí el pavo horneado también es un plato típico en estas fechas y se come marisco, aunque eso siempre depende de la situación económica de cada familia», añade. Además, los ecuatorianos también reciben el nuevo año tomando las uvas.
Navidad calurosa
Los ecuatorianos celebran la Nochevieja en la calle. Raquel explica que «después de cenar, toda la familia se arregla, baja a la calle y participa en la fiesta con orquesta que se organiza en cada barrio hasta que amanece». Esta ecuatoriana afincada en Elche comenta que el último día del año se celebra más en la calle porque «allí tenemos un clima templado y es verano casi todo el año».
No puede decir lo mismo Esvieta Golovashchenko, natural de Ucrania. En su país, de tradición ortodoxa, se conmemora el nacimiento de Jesús el 7 de enero, por lo que «el 25 de diciembre es un día normal, todos los comercios están abiertos y nos enteramos por la televisión de que los católicos están celebrando el día de Navidad».
Esta festividad se conmemora desde hace apenas dieciocho años. «Hasta el año 1991, cuando todavía existía la Unión Soviética, no se celebraba la Navidad porque los comunistas eran ateístas», recuerda Esvieta. El día de fin de año era más importante.
Ucrania comparte muchas tradiciones navideñas con la vecina Rusia. La Navidad rusa también sigue el viejo calendario Juliano, por el que todavía se rige la Iglesia Ortodoxa, a diferencia del Estado, que utiliza desde 1917 el moderno Gregoriano, que adelanta en trece días las fiestas.
Son diferentes costumbres y modos de vivir la Navidad, aunque todas con el denominador común de la alegría, la convivencia y la celebración. Son las otras Navidades de los otros alicantinos.

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