sábado, 14 de noviembre de 2009

YO FUI TESTIGA PRESENCIAL DE LA EPIDEMIA GRIPAL DE 1918

Los médicos y la gente que vivieron la época de la epidemia de gripe española del 18 cuentan que fue la enfermedad mas terrible que el mundo ha visto. Hombre fuertes, sanos y robustos un dia estaban muertos al dia siguiente. La enfermedad tenía las caracerísticas de la Muerte Negra además de las del tifus, la difteria, la neumonía, la viruela, parálisis y todas las enfermedades contra las que habían sido vacunados. La práctica totalidad de la población fue "sembrada" con mas de una docena de enfermedades en forma de sueros tóxicos. Cuando todas esas enfermedades distribuidas por los médicos explotaron al mismo tiempo el panorama fue trágico.

La pandemia duró dos años, sostenida por medicamentos tóxicos que los médicos administraban intentando combatir los síntomas. En todos los casos que pude comprobar, la gripe mortal solo afectó a los vacunados. Los que rechazaron las vacunas escaparon a la muerte. Mi familia había rechazado las vacunas y todos nos libramos de la epidemia. Por los trabajos médicos de Graham, Trail, Tilden y otros sabíamos que no es posible contaminar a la gente con tóxicos sin causar enfermedad.

Cuando la gripe alcanzó su máximo todas las tiendas estaban cerradas al igual que las escuelas, los negocios... incluso el hospital. Los médicos y las enfermeras tanbién se vacunaban y morían de la gripe. No había nadie por la calle, igual que en una ciudad fantasma. Pareciese que nuestra familia fuese la única sin gripe, asi que mis padres iban de casa en casa haciendo todo lo que podían para cuidar a los enfermos, ya que era imposible entonces encontrar a un médico. Si los gérmenes, bacterias, virus o bacilos realmente hubiesen causado la enfermedad, tuvieron miles de ocasiones de infectar a mis padres que se pasaban tantas horas en los dormitorios de los infectados. Pero no les dio la gripe y tampoco se llevaron ningún germen a casa que nos atacase a sus hijos y nos causasen daño alguno. Nadie en la familia enfermó de gripe y era invierno y había fuertes nevadas.

Se ha dicho que la epidemia de 1918 mató a 20 millones de peronas por todo el mundo. En realidad los médicos les mataron con sus tratamientos burdos y rudimentarios a base de tóxicos y venenos. La incidencia de la enfermedad entre los soldados vacunados fue 7 veces mayor que entre la población civil sin vacunar, y sus enfermedades tenían los mismos síntomas que las enfermedades contra las que habían sido vacunados. Un soldado que volvió de Europa en 1912 me contó que los hospitales del ejército estaban atiborrados de casos de parálisis infantil y él se preguntaba por qué aquellos hombres adultos eran víctimas de una enfermedad infantil. Hoy sabemos que la parálisis es una secuela frecuente de la toxemia inducida por las vacunas. Los que permanecieron en EEUU nunca sufrieron parálisis hasta que empezó la campaña mundial de vacunación en 1918.

Los médicos y la gente que vivieron la época de la epidemia de gripe española del 18 cuentan que fue la enfermedad mas terrible que el mundo ha visto. Hombre fuertes, sanos y robustos un dis estaban muertos al dia siguiente. La enfermedad tenía las caracerísticas de la Muerte Negra además de las del tifus, la difteria, la neumonía, la viruela, parálisis y todas las enfermedades contra las que habín sido vacunados. La práctica totalidad de la población fue "sembrada" con mas de una docena de enfermedades en forma de sueros tóxicos. Cuando todas esas enfermedades distribuidas por los médicos explotaron al mismo tiempo el panorama fue trágico.

La pandemia duró dos años, sostenida por medicamentos tóxicos que los médicos administraban intentando combatir los síntomas. En todos los casos que pude comprobar, la gripe mortal solo afectó a los vacunados. Los que rechazaron las vacunas escaparon a la muerte. My familia había rechazado todas las vacunas y todos nos libramos de la epidemia. Por los trabajos médicos de Graham, Trail, Tilden y otros sabíamos que no es posible contaminar a la gente con tóxicos sin causar enfermedad.

Cuando la gripe alcanzó su máximo todas las tiendas estaban cerradas al igual que las escuelas, las tiendas... incluso el hospital. Los médicos y las enfermeras tanbién se vacunaban y morîan de la gripe. No había nadie por la calle, igual que en una ciudad fantasma. Pareciese que nuestra familia fuese la única sin gripe, asi que mis padres iban de casa en casa haciendo todo lo que podían para cuidar a los enfermos, ya que era imposible entonces encontrar a un médico. Si los gérmenes, bacteris, virus o bacilos realmente hubiesen causado la enfermedad, tuvieron miles de ocasiones de infectar a mis padres que se pasaban tantas horas en los dormitorios de los infectados. Peron no les dio la gripe y tampoco se llevaron ningún germen a casa que nos atacase a sus hijos y nos causasen daño alguno. Nadie en la familia enfermó de gripe y era invierno y había fuertes nevadas.

Se ha dicho que la epidemia de 1918 mató a 20 millones de peronas por todo el mundo. En realidad los mádicos les mataron con sus tratamientos burdos y rudimentarios a base de tóxicos y venenos. La incidencia de la enfermedad entre los soldados vacunados fue 7 veces mayor que entre la población civil sin vacunar, y sus enfermedades tenían los mismos síntomas que las enfermedades contra las que habían sido vacunados. Un soldado que volvió de Europa en 1912 me contó que los hospitales del ejército estaban atiborrados de casos de parálisis infantil y él se preguntaba por qué aquellos hombres adultos eran víctimas de una enfermedad infantil. Hoy sabemos que la parálisis es una secuela frecuente de la toxemia inducida por las vacunas. Los que permanecieron en EEUU nunca sufrieron parálisis hasta que empezó la campaña mundial de vacunación en 1918.

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