Kiev, 29 de septiembre, RIA Novosti. La empresa ucraniana Nortima compró hoy un 99,6% de la planta OPZ, una de las últimas empresas que aún quedaban en las manos del Estado a pesar de su enorme atractivo comercial, pero los resultados del concurso de privatización siguen sin convalidar y dan origen a un escándalo.
Nortima ofreció 624,2 millones de dólares por esta planta situada cerca de Odessa, a orillas del mar Negro, y especializada en el transbordo de productos químicos provenientes de países postsoviéticos. Hubo varios intentos de privatizarla en los últimos seis años pero todos los concursos anteriores siempre se desconvocaron a última hora.
La adquisición de OPZ, que ocupa una posición monopólica en el mercado ucraniano del amoníaco, interesaba a varios inversores foráneos, entre ellos, rusos y libios. Hace unos meses, cuando la primera ministra ucraniana Yulia Timoshenko viajó a Trípoli, y más tarde, cuando su homólogo libio visitó Kiev, se supo que Libia desea comprar la planta y se ofreció para financiar a cambio la construcción de una moderna refinería petrolera en Ucrania.
Se supone que el nuevo propietario representa los intereses del grupo Privat, controlado por el magnate ucraniano-israelí Ígor Kolomoiski.
Timoshenko ya calificó la privatización de OPZ como fruto de "una componenda" cuyo objetivo era comprar la empresa "a precio de ganga". Algunos militantes del partido presidencialista Nuestra Ucrania también afirmaron que lo ideal ahora sería anular los resultados del concurso. El Fondo del Patrimonio Público de Ucrania se negó a convalidarlos.
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