Ucrania está atravesando una situación difícil. Su estructura política interna presenta continuas tensiones. Su Presidente parece pasar momentos difíciles por sus relaciones con los partidos que no se arriesgan para conseguir un acuerdo para poder competir, a nivel económico, con una grave pérdida en el PIB. En lo que respecta a las relaciones externas, Ucrania se encuentra en medio de los países de la Unión Europea y es el fulcro entre la OTAM y Rusia. Esta situación de incertidumbre, el encontrarse constantemente entre dos polos, se refleja también en la situación interna del país, con grupos políticos a favor de occidente y otros orientales a favor de Rusia.
Angelo Marolla
Equilibri.net (06 julio 2009)
Divisiones internas y tensiones
Los negocios industriales militares están concentrados en el este de la capital estatal. Es justo esta industria el sector estatal más avanzado de la economía del País. A pesar de algunos indicios de progreso y desarrollo, Ucrania posee todavía características que son completamente propias de países que aún no se han desarrollado completamente. La cantidad principal de inversión externa se dirige únicamente a la capital y a la prosperidad de un mercado negro de trueque en todo el resto del país. Probablemente esto ha sucedido porque, cuando Ucrania obtuvo la independencia de la URSS en 1991, heredó casi el 30% del complejo militar soviético que se localizaba mayormente en la zona oriental. Otro motivo de desequilibrio es el hecho de que Ucrania esté hoy la fase de privatización y reestructuración del sector industrial, sin ignorar el déficit público y la dependencia del País de las fuentes energéticas externas (gas ruso).
Relaciones externas con Rusia, OTAN y Unión Europea
- En este momento las relaciones con Rusia se encuentran en un primer plano. También los únicos suministros de gas, la renovación de la llamada “opción cero”, un tratado de amistad basado en Mosca, tras el derrumbamiento de la URSS, que se ocupa de las deudas externas de las antiguas repúblicas soviéticas a cambio de la posibilidad de reivindicar la propiedad perteneciente en un pasado a la Unión Soviética. Tratado que Ucrania no tiene intención de renovar. El punto principal es que este tratado regula también la presencia de la flota rusa en Crimea, permitida hasta el 2017 y prevé la imposibilidad para ambas partes de adherirse a cualquier bloque militar, por ejemplo la OTAN (el vencimiento es para el 1 de octubre de este año). Al mismo tiempo las relaciones con Rusia en lo referente a la dependencia ucraniana del gas ruso están siempre presentes. A principios de marzo, un comando de agente del Servicio de Seguridad de Ucrania, los servicios de seguridad que hicieron jefe al presidente, irrumpieron en la sede central de la organización del Estado para la energía, Naftogaz, que depende del Gobierno, secuestrando a los oficiales en busca de algunos documentos. La persecución debería formar parte de la investigación ordenada por la Corte Suprema, que está ligada al presidente, bajo el acuerdo firmado en enero entre la misma Naftogaz y el grupo energético ruso Gazprom.
- Con lo que respecta a la industria ucraniana, en su mayor parte de guerra, su exportación ha sido destinada mayormente a Mosca y a una serie de estados: Irán, Pakistán y algunos países africanos. También los otros sectores: metalúrgico, carbo-siderúrgico y químico, permanecen exportados decididamente a Rusia, a pesar de que Ucrania forme parte de la Organización Mundial del Comercio.
- La OTAN se ha proyectado hacia Ucrania, el segundo estado independiente con mayor población, desarrollando de hecho la cooperación entre la OTAN y Ucrania, iniciada en 1991 con la adhesión del país al NACC e intensificándose con la firma en 1997 de la Carta para una asociación específica. La Carta OTAN-Ucrania se firmó durante la cumbre en Madrid de julio de 1997 por los jefes de Estado y de Gobierno de los miembros de la Alianza y por el Presidente ucraniano Kuchma. En esta ocasión, los miembros de la OTAN confirmaron su apoyo a la soberanía, a la integridad territorial y a la independencia de Ucrania así como al desarrollo democrático y a la prosperidad económica del país. La Alianza atribuye además a Ucrania el estatus de notable importancia de País no nuclear. A propósito de esto, la Alianza recibió de buen grado la decisión ucraniana de apoyar la extensión indefinida del Tratado de No Proliferación de Nuclear (TNPN) y su vinculación con la retirada y desmantelamiento de las armas nucleares localizadas en el territorio nacional. Esta Carta proporciona la base formal para las consultas OTAN-Ucrania sobre los problemas de la seguridad euro-atlántica y crea una Comisión OTAN-Ucrania para construir las actividades que se han emprendido en el ámbito de esta asociación, entre las cuales se encuentran la promoción de la reforma de la defensa, la planificación civil de emergencia y la preparación en caso de desastre (ya que la zona occidental del país está sujeta a graves inundaciones) y la cooperación en los campos de ciencia y medio ambiente.
Con la adopción del Plan de Acción OTAN-Ucrania en la Cumbre de Praga en 2002, las relaciones entre la Alianza y Ucrania dieron un salto cualitativo después que la asociación introdujera la perspectiva de que Ucrania fuera un miembro potencial. De hecho, el plan de acción constituye un marco estratégico para la intensificación de las consultas sobre cuestiones políticas, económica y de defensa y enumera los objetivos estratégicos y las prioridades ucranianas sobre la plena integración en la estructura de seguridad euro-atlántica. La cooperación OTAN-Ucrania se centra particularmente en el refuerzo del control democrático y civil de las fuerzas armadas, en la mejora de la operabilidad con las fuerzas de la OTAN y en la ayuda a Ucrania para que transforme su legado post soviético de una estructura militar masiva, excesivamente pesada y mal equipada en una fuerza de menores dimensiones, moderna y más eficiente, capaz de afrontar sus propias exigencias en materia de seguridad así como de contribuir activamente a la estabilidad y a la seguridad de Europa. El Grupo de Trabajo Conjunto sobre Reforma de la Defensa (JWGDR) se ha propuesto facilitar la consulta y la cooperación práctica en cuestiones como la preparación del balance y la planificación de la defensa, la reestructuración y la transformación de las fuerzas armada, la transición de un ejército de reclutas a uno de voluntarios y la relación entre el sector civil y el militar. Además, la OTAN promueve la formación de oficiales de alto rango para contribuir al proceso de transformación de la defensa y participa en la organización de programas de recapacitación para facilitar el paso a la vida civil del personal militar ucraniano desempleado (NATO Handbook, 2006). Ucrania deberá preparar unos Planes Anuales sobre los progresos obtenidos en todos los ámbitos implicados y presentarlos a las comisiones conjuntas instituidas en el Plan de Acción, cuya labor es valorar los progresos obtenidos por el país y la posibilidad de acelerar el proceso de adhesión (Plan de Acción OTAN-Ucrania, 2002). Las relaciones con la OTAN han decaído durante el último año tras la Cumbre de Bucarest entre el 2 y el 4 de abril de 2008 donde no se aprobó el Plan de Acción de los socios (MAP) de Ucrania. Más tarde la situación se ha complicado aún más, tanto por el estallido de la guerra de Georgia como porque la adecuación de las fuerzas armadas ucranianas a los estándares de la OTAN está muy lejano todavía. También se debe recordar que la adecuación a los estándares de la OTAN está siendo tan lenta debido en parte a que la exportación de la industria bélica no se ha dirigido aún al mercado occidental.
La actuación de la UE respecto a Ucrania ha sido vacilante en varias ocasiones, se muestra temerosa fundamentalmente por su dependencia de la agricultura, que podría iniciar una competición con los productores franceses, españoles e italianos por los subsidios comunitarios, y por el alto porcentaje de jóvenes en su población, capaces de amenazar la estabilidad del empleo en Europa occidental. Tras la Revolución Naranja, se sigue considerando a Ucrania como un país demasiado grande y demasiado pobre para convertirse en miembro de la UE. El temor europeo de convertir en miembro a un país en estas condiciones se debe también al hecho de que Europa no acepta renunciar a lo que quiere: la disolución del gabinete fantasma, la ruptura de los monopolios, la liberalización de los medios de comunicación y el saneamiento del sistema bancario.
Traducido por Alicia Gálvez y Natalia García
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