miércoles, 13 de mayo de 2009

El viaje final a Alemania de 'Iván el Terrible'

Un pequeño avión ambulancia aterrizó ayer en el aeropuerto de Munich. En su interior viajaba un anciano llamado Ivan Nikolayevich Demianiuk. El centro Simon Wiesenthal afirma que Demianiuk podría ser el último de los sicarios vivos del holocausto. Tiene 89 años y está acusado de participación y complicidad en el asesinato de 29.000 judíos, sobre todo en el campo de concentración de Sobibor, en la actual frontera polaco-ucraniana. Tras su llegada ingresó en el hospital de la cárcel germana de Stadelheim.

CRONOLOGÍA

1952 Obtiene la nacionalidad estadounidense. Dice que pasó la Segunda Guerra Mundial preso en un campo de concentración

1977
Supervivientes de los campos lo identifican como Iván el Terrible

1986 Extradición a Israel

1993
Absuelto en Israel por falta de pruebas

1998
Recupera la nacionalidad estadounidense

2002
Un juez de EE. UU. le retira la nacionalidad

2009
La justicia alemana emite orden de arresto


MÁS INFORMACIÓN

Demianiuk abandonó su casa de Seven Hills (Ohio) entre lloros, asistido por dos sacerdotes y despidiéndose para siempre de su familia. Embarcó en una ambulancia desde la escalera de su chalet, a través de un pasillo de tela que le protegía de las cámaras y acompañado por cuatro agentes. El vehículo lo llevó hasta el aeropuerto de Cleveland, donde tomó el avión. Culminaba así un pulso de muchos años en los que Demianiuk conoció extradición, juicios, una condena a muerte posteriormente anulada, la retirada de su nacionalidad estadounidense y la rehabilitación. La extradición es consecuencia de nuevos informes procedentes de la apertura de archivos soviéticos, que parecen apoyar anteriores sospechas y despejar dudas sobre su identidad y culpabilidad.

Demianiuk llegó a Estados Unidos en 1952 con su mujer, a la que había conocido en un campo de desplazados de posguerra, y una hija. Había nacido en 1920 en Ucrania central, no en Galitzia, la región de Ucrania occidental en la que Hitler tuvo tantos seguidores que nutrieron sus SS, sino cerca de Kiev. Luchó en el ejército soviético, cayó prisionero y fue seleccionado como sicario para los campos. Fue instruido en Treblinka y se aplicó durante dos años en Sobibor, Maidanek, ambos en Polonia, y Flossenburg, en Baviera.

Se le conocía como Iván el Terrible, llegó a accionar la manilla del gas en las cámaras de exterminio y fue recordado por los supervivientes por su crueldad. En EE.UU. trabajó en Ford como operario y tuvo otros dos hijos. Uno de ellos escribió el lunes un correo electrónico remitido a la prensa: "Teniendo en cuenta la historia del caso y la ausencia del menor indicio de prueba de que hubiera hecho daño, y mucho menos asesinado, a alguien, todo esto es inhumano, aunque los tribunales lo hayan declarado legal". "Es venganza que se hace pasar por justicia con la esperanza de que alguien en Alemania compense su pasado", dijo el hijo. El presidente del Congreso Mundial Judío, Ronald Lauder, calificó al deportado de "nazi abyecto" y declaró: "Quienes sobrevivieron al holocausto aprueban que se aparte a este vil individuo". Thomas Blatt, de 82 años, seguramente el único superviviente de Sobibor aún con vida, declarará contra él.

En 1983 Israel pidió la extradición de Demianiuk, que obtuvo tres años después. Su juicio en Israel duró cinco meses. Fue condenado a muerte, pero se le colocó en el pasillo de espera a causa de un recurso ante el Supremo, que acabó fallando en su favor en julio de 1993. Los jueces basaron su decisión en las dudas sobre si era Iván el Terrible, o si no era más que un preso colaboracionista sin cargos especiales, como pretendía el acusado. Tuvo cierto peso que otros testigos identificaran a Iván el Terrible por el nombre de Ivan Marchenko, y no como Demianiuk.

Puesto en libertad, regresó a Estados Unidos, donde recuperó su nacionalidad adquirida. Aquel error judicial fue muy criticado por quienes estaban convencidos de la culpabilidad de Demianiuk.

Se abrieron nuevos cargos contra él, basados en nuevas pruebas extraídas de los archivos moscovitas. Sobre ellas, un tribunal alemán presentó una orden de detención a EE.UU., donde en el 2002 se le había vuelto a retirar la nacionalidad. Desde entonces el anciano ucraniano de Ohio ha estado en capilla. En la recta final de la extradición culminada ayer, alegó sus problemas renales para retrasar un mes su traslado a Alemania, donde se le acusa de participación en la eliminación de 29.000 judíos en Sobibor.

"Sus abogados han estado diciendo que a los 89 años era demasiado viejo para ser deportado", dice Rabbi Marvin Hier, presidente del Centro Simon Wiesenthal para la persecución de los criminales nazis. "A sus 29.000 víctimas también les habría gustado haber tenido la suerte de alcanzar esa edad", añadió. Por razones generacionales, su juicio "probablemente será el último contra un criminal de guerra nazi", ha dicho Hier

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